BHP cerró un acuerdo vinculante con Global Infrastructure Partners (GIP), firma de gestión de activos asociada a BlackRock, para transferirle el 49 % de su red eléctrica que abastece a la operación de mineral de hierro en Australia Occidental (WAIO). La operación, valorizada en 2 mil millones de dólares, busca optimizar el uso del capital, reforzar la posición financiera de la compañía y mantener el control sobre una infraestructura clave.

Esta red eléctrica es esencial para el funcionamiento integral de WAIO, considerada una de las mayores plataformas de producción de mineral de hierro en el mundo. Según lo pactado, BHP conservará el 51 % de la nueva sociedad propietaria y continuará dirigiendo las operaciones. Además, seguirá utilizando la infraestructura bajo un esquema tarifario de largo plazo, mediante un contrato de 25 años ajustado a su consumo energético.

El movimiento forma parte de una tendencia creciente entre las principales mineras globales: monetizar activos no centrales para liberar recursos que puedan destinarse a oportunidades estratégicas. Para BHP, este acuerdo refleja una gestión disciplinada de su portafolio y garantiza al mismo tiempo la seguridad del suministro eléctrico en Pilbara, una región remota donde la estabilidad energética es determinante para mantener la producción sin interrupciones.

El analista Baden Moore, de CLSA, calificó la transacción como un caso ejemplar de “reciclaje de capital”, destacándola como una práctica que podría replicarse en otros segmentos del portafolio de la compañía. Según Moore, este tipo de operaciones permite generar liquidez sin incurrir en mayor deuda ni reducir la participación accionaria, preservando la capacidad operativa.

WAIO es uno de los pilares financieros de BHP. Solo en el año fiscal 2025, esta unidad generó ingresos superiores a los 20 mil millones de dólares, con márgenes sobre el 60 %. La continuidad energética en esta área resulta crucial para sostener las exportaciones de mineral de hierro hacia los principales mercados asiáticos, incluidos China, Japón y Corea del Sur.

La entrada de GIP representa la participación de un actor de peso global, con más de 100 mil millones de dólares en activos administrados. Su inversión en la red eléctrica de WAIO se alinea con su estrategia de adquirir infraestructuras energéticas con ingresos estables y contratos de largo plazo. Aunque no tendrá influencia en las decisiones operativas cotidianas, sí establece una alianza que podría ampliarse hacia otros proyectos mineros.

A nivel regulatorio, el acuerdo aún requiere autorizaciones formales, y se prevé que el cierre definitivo ocurra durante la segunda mitad del año fiscal 2026. BHP aclaró que esta operación no altera los acuerdos de joint venture existentes ni afecta los derechos de sus actuales socios en WAIO.

La infraestructura eléctrica involucrada abastece no solo a las minas, sino también a plantas de procesamiento, campamentos y sistemas logísticos asociados. Se trata de un activo altamente sofisticado, compuesto por líneas de transmisión, subestaciones y sistemas automatizados. Mantener la dirección operativa permite a BHP asegurar altos niveles de confiabilidad, eficiencia y sostenibilidad, aspectos centrales de sus compromisos corporativos.

Los recursos obtenidos por esta transacción fortalecerán la posición financiera de la empresa, permitirán sostener dividendos y apoyarán nuevas inversiones. Entre sus prioridades destacan el desarrollo de proyectos de cobre en Sudamérica y de potasa en Canadá, ambos sectores con perspectivas de crecimiento en la próxima década.

En última instancia, aunque no se trata de una desinversión total, el acuerdo marca una evolución en el modelo de gestión del negocio minero, que busca equilibrar eficiencia operativa con flexibilidad financiera. En un contexto global de mayores exigencias regulatorias y tecnológicas, alianzas como la concretada con GIP permiten a BHP mantener competitividad sin perder autonomía estratégica.