En una reciente e innovadora iniciativa, el Instituto Brasileño de Minería (Ibram) se ha unido al Ministerio de Justicia y Seguridad Pública y a algunas de las compañías mineras más grandes que operan en el país sudamericano para desarrollar un plan especial de seguridad en los municipios que albergan operaciones de extracción de oro.

Este plan, anunciado mediante un comunicado de prensa de Ibram, tiene como objetivo principal evitar el robo de cargamentos por parte del crimen organizado. Tal esfuerzo representa un paso significativo en la protección de una de las industrias más vitales y lucrativas de Brasil, destacando la importancia de la seguridad en el sector minero.

El acuerdo firmado entre el gobierno y las empresas mineras contempla la preparación de estudios y diagnósticos que conducirán a la formulación de estrategias para enfrentar las actividades del crimen organizado que impactan las operaciones de oro y metales preciosos. Este trabajo será llevado a cabo por la Secretaría Nacional de Seguridad Pública (SENASP) en colaboración con comunidades y autoridades locales.

Un aspecto crucial de este plan es que las estrategias desarrolladas incorporarán mecanismos de defensa contra actividades criminales y fomentarán el intercambio de información entre las compañías mineras y las autoridades municipales, estatales y federales. El ministro de Justicia y Seguridad Pública, Ricardo Cappelli, enfatizó en el evento donde se firmó el acuerdo que “las empresas mineras representan un sector estratégico de la economía brasileña y una parte importante de la balanza comercial. La seguridad es uno de los pilares para que Brasil atraiga inversiones”.

En este esfuerzo conjunto también están involucrados otros sectores, como bancos y empresas de transporte de valores. El nuevo protocolo se centrará en unos 50 municipios brasileños donde se extraen oro y diamantes, y cuya población total suma 700,000 personas. Además, el pacto implica la difusión de medidas de seguridad y prevención para los residentes de estas áreas.

Fernando Azevedo, vicepresidente de Ibram, destacó la urgencia de esta iniciativa al señalar que “solo se necesitan unos segundos para que los criminales acaben con los esfuerzos de las inversiones a largo plazo realizadas por las empresas mineras en sus proyectos, que generan varios beneficios para el país y los brasileños. Esta situación no debe continuar en el territorio nacional”.

La seguridad en la minería es un tema crítico en Brasil, donde la extracción de recursos naturales juega un papel fundamental en la economía. Las operaciones de minería de oro, en particular, no solo contribuyen significativamente a la balanza comercial del país, sino que también son esenciales para el desarrollo económico de muchas comunidades locales.