El 15 de junio, Día Internacional de la Mujer en la Minería, representa una valiosa ocasión para reflexionar sobre los avances y los retos que enfrenta la industria minera peruana en materia de equidad de género. Aunque la participación femenina aún es minoritaria, el crecimiento constante de mujeres en el sector refleja un cambio significativo en una industria tradicionalmente dominada por hombres.

Desde 2007, el Día Internacional de la Mujer en la Minería (IDWIM), promovido por la organización Women in Mining (IWIM), tiene como objetivo visibilizar los logros de las mujeres en todas las áreas mineras y fomentar condiciones equitativas que faciliten su desarrollo profesional. En Perú, el Ministerio de Energía y Minas (MINEM) ha dado pasos importantes en esta dirección, con iniciativas como el Plan de Género para la Pequeña Minería y Minería Artesanal 2023-2025, que busca garantizar igualdad de oportunidades para mujeres y hombres en este sector clave.

Las cifras reflejan un avance notable: según el Registro Integral de Formalización Minera (REINFO), hasta marzo de 2025, el 21 % de las inscripciones mineras formales o en proceso pertenecen a mujeres. En la minería artesanal, empresas como Veta Dorada reportan que en 2024 el 18 % de sus proveedores fueron mujeres, quienes aportaron el 15 % del total de mineral acopiado. Además, 120 mujeres líderes mineras se han consolidado como empresarias formales, lo que representa un paso hacia la sostenibilidad y la formalización.

No obstante, el camino por recorrer sigue siendo considerable. La participación femenina en la fuerza laboral minera peruana es solo del 7,5 %, cifra que está por debajo del promedio mundial de 11 %, según Karina Zevallos, presidenta de Women in Mining Perú. Zevallos señala que, aunque existen marcos normativos, falta establecer indicadores claros y homogéneos para medir y fomentar la equidad en todas las empresas del sector.

La minería es un pilar estratégico para la economía peruana, pero para convertirse también en un motor de inclusión y desarrollo sostenible, debe derribar las barreras que limitan el potencial de las mujeres. Más allá de una cuestión de justicia social, promover la diversidad de género en la minería es fundamental para fortalecer la innovación, la competitividad y la resiliencia del sector a largo plazo.