La creciente incertidumbre geopolítica ha renovado el interés por los activos refugio, pero un grupo de economistas reunidos en el Foro Económico Internacional de América 2025 en Montreal subrayó que los metales críticos no solo ofrecen una oportunidad económica, sino que también se presentan como una herramienta clave para estabilizar la globalización. Estos recursos, esenciales para la economía digital y verde, han dejado de ser solo una cuestión de demanda; su control y suministro se han convertido en una prioridad estratégica.
Philippe Bourbeau, codirector del Instituto Internacional de Diplomacia Económica, expresó de manera contundente: “Desarrollar un suministro confiable de metales críticos puede ser el mayor desafío que enfrentaremos en esta década”. En un contexto de creciente rivalidad entre las grandes potencias, como el regreso de Donald Trump a la presidencia de EE. UU. y las tensiones con China, los expertos aseguran que la demanda estructural de estos materiales solo aumentará. Este fenómeno se debe principalmente a dos factores: la digitalización a través de la inteligencia artificial y la transición hacia energías limpias.
Paul Gruenwald, economista en jefe de S&P Global, enfatizó que el crecimiento de sectores como los centros de datos y las tecnologías limpias no solo demandan más energía, sino también metales estratégicos como el litio, el níquel y las tierras raras. Sin estos recursos, los avances en la economía digital y verde se verían severamente limitados, lo que refuerza la necesidad de asegurar su suministro.
Grégoire Baillargeon, vicepresidente de BMO Capital Markets, destacó que ningún país puede afrontar solo los desafíos globales, desde el cambio climático hasta la gestión de recursos naturales. En este sentido, insistió en que la cooperación internacional será esencial para la resolución de estos problemas, y que la integración de cadenas de suministro estratégicas será clave para reducir riesgos y asegurar el desarrollo tecnológico. La competencia no se resolverá solo con la apertura de mercados, sino con una cooperación activa.
China, actualmente líder en la refinación de metales críticos con un control de entre el 60% y el 90% de la capacidad de refinación de ciertos materiales, representa un reto importante para Occidente. Ulric Adom, CFO de Rio Tinto, explicó que esta ventaja china es el resultado de años de inversión constante y de la disposición para aceptar externalidades ambientales. Frente a este panorama, los países occidentales deberán invertir en sus propias capacidades, enfrentar ciertos impactos locales y, sobre todo, implementar políticas públicas que favorezcan su industria, garantizando así su competitividad.