Sáb. May 18th, 2024

Cobre: nuevos precios récord no garantizan más inversión

Esta semana, el precio internacional del cobre, principal metal de exportación del Perú, rompió la barrera de US$4,50 por libra, y volvió a ubicarse en niveles históricos que no alcanzaba desde 2022. Sin embargo, este escenario no garantiza mayores inversiones a nivel local, debido a factores ajenos a la propia actividad que enturbian su desarrollo y prospección.

Descontando el factor precios, el año comenzó mal para el sector. Perú perdió en 2023 el segundo escalón como proveedor mundial de cobre, luego de ser desplazado por Congo. Aun así, se mantiene por encima a nivel de exportaciones, y ostenta una cartera pendiente con la que podría duplicar su producción y amenazar la primacía global de Chile. Y ahí viene el otro gran problema, las inversiones.

Hace una semana, la agencia calificadora de riesgo S&P Global Ratings bajó la nota del Perú a BBB-, la mínima escala antes de considerar a nuestra economía fuera de todo rango de inversión. Pero esta vez la incertidumbre política fue la protagonista de la degradación, y no la convulsión social, como en anteriores años.

Para Eduardo Recoba, economista  principal para Latinoamérica y España en iFOREX LATAM, no es muy útil registrar un ciclo de precios al alza internacional, con un oro que está por encima de los US$2.300 la onza, o un cobre que está por encima de US$4,40 la libra, “cuando no tienes proyectos, es decir, inversiones mineras sólidas que estén en marcha”.

En ese sentido, remarcó que aquello que sí “dibuja la cancha” son proyectos en etapa de ingeniería, con EIA avanzando, o en gestiones la licencia social. “Mientras no haya eso, los precios seguirán la trayectoria que tienen que seguir”, cuestionó.

Las joyas de la corona

Actualmente, la cartera cuprífera del Perú está integrada por 48 titulares mineros. Solo los proyectos asociados al metal rojo ocupan el 40% del portafolio de exploración, con una inversión que supera los US$254 millones. Pero, si hablamos de inversión propiamente dicha, los montos alcanzan los US$39.795 millones en este momento, cuatro quintas partes de toda la capacidad minera pendiente, que asciende a US$54.556 millones, contando la extracción de oro, por ejemplo. El cobre es el rey.

El Ministerio de Energía y Minas (Minem) se ha puesto la alta valla de sacar adelante los proyectos de Conga, en Cajamarca, y Tía María, en Arequipa. Ambas operaciones son claves para el sector, pero no por el suministro que puedan sumar a la oferta mineral del país, sino por el mensaje de apertura a las inversiones que conllevan.

Su par de Economía y Finanzas, José Arista, ha asegurado que las conversaciones en Arequipa están muy avanzadas y solo requieren el espaldarazo final de la población de Valle del Tambo. La inversión de Southern, que deberá construir una represa ni bien retome la operación, asciende a más de US$1.400 millones, más grande incluso que la primera etapa del megapuerto de Chancay.

Sin embargo, para Carlos Herrera Descalzi, extitular del Minem, los conflictos en torno a ambos proyectos se ha extendido por demasiado tiempo, y cuestiona que su destrabe “no puede hacerse poniendo encima los reflectores”. Recientemente, también el premier Gustavo Adrianzén llegó a Arequipa para decir que la mina de Southern debe ser de “común interés para las comunidades”.

“Geológicamente, Perú es muy rico y tiene infraestructura y una cultura minera reconocida en todo el mundo. Pero, sin estabilidad política, es difícil que las inversiones vuelvan”, reconoce el especialista.

Herrera explica que, si Perú pierde su grado, ya no se invertirá en más proyectos extractivos de talla global, “a menos que la rentabilidad sea más alta”. Caso contrario, podrían virar hacia Chile o Colombia.

“En el sector minero, muchas veces no financian los proyectos con deuda, sino con capital propio. El problema de Perú es que necesita generar más rentabilidad, no es que a las transnacionales se les vaya a negar el capital en el mercado internacional, sino que el propio capital le exigirá un retorno más alto si pierde su grado de inversión”, aclara.

Y seguirá subiendo

Para Goldman Sachs, el precio de la tonelada de cobre promediará los US$12.000 al cierre del 2024, pese a que antes no le daba más de US$10.000. En 2025 espera que se dispare sobre los US$15.000, los ratios más altos en toda su historia.

No en vano Anglo American, que opera Quellaveco en Moquegua, rechazó recientemente la oferta de US$38.800 millones por la totalidad de sus acciones que ofreció su rival BHP, al considerar que la propuesta económica era “oportunista” y diluía “significativamente el valor de sus papeles en bolsa”. Ahora, la contienda por la compra la lidera Glencore, que en nuestro país opera la mina Antapaccay.

Para Miguel Cardozo, CEO de Alturas Minerals Corp, los aportes de S/16.089  que generó la minería en 2023 (-31,8% que en 2022) no generarán suficiente “apetito” entre los inversionistas del cobre este año debido a trabas burocráticas que, reconoce, Minem intenta superar.

El especialista señala que los altos precios del metal rojo todavía estarán presentes durante los próximos siete u ocho años, una situación bastante auspiciosa para la plaza local si tomamos en cuenta que el precio de la electricidad en el Perú es competitiva para la región.

“Los permisos deberían demorar seis meses, pero demoran cuatro años. Es un problema cuando se aplica silencio administrativo negativo: la autoridad no responde, no importa el tiempo que pase, y nunca se da la aprobación”, señala.

Minem avanza en destrabe de futuras inversiones

Recientemente, el Minem anunció que las minas podrán exceder en 10% su capacidad instalada diaria sin requerir nuevos permisos.

También se han establecido nuevos cambios en el trámite del EIA, para agilizar los casos en que algún opinante (ANA, Serfor, etc.) incurre en retraso para emitir su opinión técnica.

China recibe el 73% de los envíos de cobre de Perú, además de ser la matriz de algunas de las principales operaciones, como Las Bambas (MMG) y Toromocho (Chinalco). EEUU apenas concentra el 3%.

El MEF espera que los altos precios del cobre, así como la recuperación de otros sectores, como la pesca, permitan llegar al 3,1% de desarrollo del PBI en 2024.

Deterioro fiscal pese a altos precios

Enfoque. Epifanio Baca, Grupo Propuesta Ciudadana

Frente a este contexto favorable en nuestros minerales, no hay proyectos de gran envergadura en camino, y para mí es claro que esta fuerte crisis política, sumada a la tremenda desaprobación del Ejecutivo y Legislativo, emite una señal de desconfianza para los inversionistas. Estas inversiones tendrían que estar caminando a una mayor velocidad.

Es lamentable que, teniendo tan buen contexto internacional para los minerales, en realidad las inversiones se muevan muy poco, y eso no creo que vaya a cambiar sustancialmente.

Con el precio del oro arriba de US$2.000, la actividad es superrentable, y eso explica el crecimiento tan brutal de la minería informal en todo el país. El cobre está arriba de US$4, precio con el que las mineras están obteniendo ganancias extraordinarias sin la menor duda. El planteamiento que hizo Pedro Francke desde el MEF era bastante razonable, porque no se trataba de un impuesto adicional, sino un ajuste en el impuesto especial a la minería y/o regalía. Con esto ni siquiera se iba a conseguir más de medio punto del PBI como ingresos, pero era una medida para que compartan un poquito de las ganancias extraordinarias que estaban teniendo. Esto fue rechazado.

Hoy el camino es inverso. Desde el Congreso están ampliando exoneraciones tributarias como hicieron a las exportadoras, como su aporte al seguro social. Ángel Manero (titular del Midagri) ha dicho que va a proponer las exoneraciones a las agroexportadoras. Es decir, a pesar de la coyuntura de buenos precios, todo apunta al deterioro de los ingresos fiscales.

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