La Bolsa de Metales de Londres (LME) ha sido testigo de un notable avance en los precios del cobre, marcando su mayor incremento semanal desde finales de julio. Esta tendencia alcista se debe en gran medida a los datos recientes procedentes de China, el principal consumidor mundial de metales, que indican una estabilización en su economía.

A las 1043 GMT, el cobre a tres meses en la LME registró un aumento del 0,25%, situándose en 8,438.5 dólares por tonelada. Esta cifra es especialmente notable ya que alcanzó un pico de 8,507,5 dólares, el nivel más alto desde el 4 de septiembre.

China ha mostrado un crecimiento acelerado en la producción industrial y las ventas minoristas durante el mes de agosto. Sin embargo, la crisis en el sector inmobiliario y la consecuente caída en las inversiones amenazan con contrarrestar las medidas de apoyo establecidas. Thu Lan Nguyen, de Commerzbank, señaló que, aunque estos datos probablemente tengan un impacto positivo en los precios de los metales básicos, no se espera un repunte significativo hasta que el mercado inmobiliario chino muestre signos claros de recuperación.

Otro factor que ha influido en el mercado de metales es la relación entre el yuan y el dólar estadounidense. Los datos económicos han fortalecido al yuan frente al dólar, lo que ha hecho que los metales cotizados en dólares sean más atractivos para los compradores chinos. Por otro lado, el dólar ha experimentado una ligera debilidad tras alcanzar su nivel más alto en seis meses el pasado jueves.

En cuanto a las existencias de cobre, los almacenes supervisados por la Bolsa de Futuros de Shanghái han registrado un aumento constante durante el último mes, alcanzando su punto más alto desde finales de julio. De manera similar, las existencias en los almacenes de la LME han crecido significativamente entre julio y septiembre, marcando su máximo desde octubre de 2022.

Mientras el cobre experimenta este resurgimiento, otros metales básicos han mostrado variaciones en sus precios. El aluminio, el estaño, el zinc, el plomo y el níquel han registrado fluctuaciones, reflejando la complejidad y la interconexión del mercado global de metales.