La minera chilena Antofagasta informó el miércoles una disminución en su producción de cobre en el primer trimestre de 2023, en comparación con el trimestre anterior. La caída se debe a la escasez de agua en Chile, agravada por una sequía de una década y el cambio climático.
Antofagasta, propietaria de cuatro minas de cobre en Chile, atribuyó la reducción en la producción a la menor disponibilidad de agua en su mina insignia Los Pelambres y a las menores leyes en Centinela. La producción total del trimestre alcanzó 145,900 toneladas de cobre, un 25,4% menos que en el cuarto trimestre de 2022.
A pesar de esto, la producción aumentó un 5,1% en comparación con el primer trimestre de 2022. El CEO de la compañía, Iván Arriagada, espera que la producción siga creciendo este año para cumplir con las previsiones de producción y costes en efectivo de 670,000-710,000 toneladas de cobre a 1,65 dólares la libra. La finalización de una planta desalinizadora y la ampliación de una planta concentradora en Los Pelambres contribuirán a alcanzar estos objetivos.
El cobre es fundamental para la transición energética, desempeñando un papel clave en la generación de energía eólica y solar, vehículos eléctricos y redes eléctricas. Según CRU, se requerirán al menos 105,000 millones de dólares de inversión para 2029 en proyectos aún no comprometidos, a menos que haya un crecimiento significativo en la oferta de metal secundario.