Los trabajadores sindicalizados de la mina Escondida, en el norte de Chile, han aceptado la última oferta de BHP (ASX, LON, NYSE: BHP) y no seguirán adelante con la huelga prevista para los días 28 y 30 de noviembre.
Los trabajadores del Sindicato 1, que representa a más de 2,000 miembros, respaldaron el lunes el acuerdo alcanzado la semana pasada entre los representantes sindicales y la minera australiana.
El acuerdo, que estaba sujeto a votación, se produjo tras días de negociaciones con los representantes sindicales, que habían convocado una huelga los días 21 y 23 de noviembre debido a los múltiples “incumplimientos, infracciones y violaciones” supuestamente cometidos por BHP.
“Esta propuesta contiene una serie de medidas concretas y verificables para mejorar la higiene y la seguridad de los trabajadores”, dijo el sindicato en un comunicado. “Especialmente un intenso programa de inspección conjunta entre el sindicato y la empresa de todas las áreas de trabajo”.
Señaló que la propuesta también “deja de lado los cambios en las prácticas operativas que la empresa estaba llevando a cabo.”
Con el acuerdo, BHP ha evitado una huelga en la mayor mina de cobre del mundo en un momento de escasez de suministros globales y de precios elevados del metal naranja, un material clave necesario para la transición del mundo hacia una economía verde.
La mina de cobre Escondida es responsable de cerca del 5% de la producción total de cobre del mundo y Chile es el primer productor mundial del metal.
En 2017, los trabajadores sindicalizados de la mina protagonizaron una huelga de 44 días, la más larga de la historia de la minería chilena. La acción laboral costó a la empresa 740 millones de dólares en pérdidas y supuso una contracción de alrededor del 1,3% del PIB de Chile.
Aunque Escondida es propiedad mayoritaria de BHP, Río Tinto y un consorcio japonés que incluye a Mitsubishi Corp y JX Nippon Mining & Metals también tienen participaciones en la mina.
La empresa minera estatal chilena Codelco, el mayor productor de cobre del mundo, advirtió la semana pasada que la escasez mundial del metal podría alcanzar los ocho millones de toneladas en 2032, ya que el aumento de la demanda sigue compensando el número de nuevos proyectos.
