En mayo, la producción del sector minería e hidrocarburos registró una caída de 6.92%, arrastrada principalmente por el descenso de 7.2% en la minería metálica, según reportó el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI). Este retroceso se debió en gran parte a la paralización temporal de operaciones mineras en Pataz (La Libertad), una medida dispuesta por el Gobierno debido a problemas de seguridad vinculados al avance de la minería ilegal, que afectó tanto a operadores formales como informales.
Juan Carlos Odar, director de Phase Consultores, explicó que la suspensión de actividades en Pataz fue una decisión poco común, ya que se detuvieron incluso operaciones formales. Además, señaló que otras unidades productivas reportaron menores volúmenes debido a mantenimientos programados, lo que, sumado a una baja en la producción de cobre, intensificó la contracción del sector.
Por su parte, Pablo Nano, economista senior de Scotiabank Perú, precisó que la producción de hierro cayó 62.8% por problemas logísticos en una de las principales minas, mientras que la de oro retrocedió 4.7% debido a la paralización en Pataz. Asimismo, el cobre registró una baja de 5%, afectado por el procesamiento de zonas con menor ley mineral.
Este comportamiento del sector minero, junto con una menor dinámica en actividades de servicios, sugiere que la economía peruana muestra signos de desaceleración. “Estamos creciendo cada vez menos, y esto también se refleja en el mercado laboral”, advirtió Odar.
Pese a este panorama, Scotiabank estima que el PBI del segundo trimestre de 2025 habría crecido por debajo del 3%, en comparación con el 3.9% del primer trimestre. Aunque la desaceleración era esperada por efectos del calendario (como la menor actividad en Semana Santa), los problemas en la minería profundizaron el enfriamiento económico. No obstante, sectores como construcción, comercio y servicios continúan impulsando la demanda interna, lo que ha permitido al banco mantener su proyección de crecimiento anual del 3.3% para 2025.