- Exviceministro de Minas argumentó que el sector mitigó caída de la economía nacional, la cual llegó a -0.5% en el primer semestre del año, el más bajo después de casi veinte años.
Rómulo Mucho, director del Instituto de Ingenieros de Minas del Perú, consideró necesario que el Perú debe recuperar la institucionalidad y el clima de confianza para atraer inversiones mineras, pues estas solo arriban a países donde existe estabilidad política, seguridad jurídica y predictibilidad tributaria.
“No obstante que se viene promocionando bastante nuestros proyectos mineros a nivel internacional, en los últimos años se ha estancado la llegada de inversiones al sector. Ante esta difícil situación, propongo dos acciones que inmediatamente debe realizar el Estado”, señaló en un artículo de opinión para la Revista Patronato de la UNI.
De esta manera, sugirió el desarrollo de un plan de promoción interno de la minería, con el objetivo de que todo peruano conozca su importancia para el crecimiento económico, sus múltiples oportunidades y su apalancamiento con otras actividades, lo que pondría en valor a la minería ante la población y reduciría la conflictividad social.
Además, recomendó la agilización de la tramitología y permisología del sector, con el fin de disminuir plazos para viabilizar los proyectos mineros, pues constituyen un activo para la economía a razón de los millones de empleos nuevos e ingresos fiscales que generarían, lo que permitiría contar con recursos para cerrar las brechas sociales.
Minería sacó cara por la economía
Con base en cifras oficiales, Rómulo Mucho enfatizó que la minería peruana es clave para la economía nacional, ya que representa el 14% del PBI y el 60% de las exportaciones totales, genera 234 mil puestos de trabajo directos y cerca de 1 millón de empleos indirectos, y posee el cobre como principal habilitador a la transición energética.
“En el primer semestre del año, la minería sacó la cara por la economía, creciendo un 10% de su PBI, mientras que otras actividades económicas decrecieron. Esto hizo que el decrecimiento de nuestra economía no sea tan traumático, que llegó a -0.5% del PBI, siendo el más bajo después de casi dos décadas”, sostuvo el exviceministro de Minas.
Sin embargo, contextualizó que la minería se encuentra en constante cambio, debido a que los yacimientos se encuentran a mayor profundidad y se requiere más energía para procesar los recursos extraídos, mientras que hoy se cuenta con suficiente tecnología para mejorar la productividad y rebajar los costos sin perder calidad.
Asimismo, remarcó que las comunidades cercanas a las operaciones mineras tienen demasiadas sobre expectativas y aspiran a tener una mayor participación en el negocio minero, lo cual, si no es atendido a tiempo, continuará originando conflictos sociales, como bloqueos y violencia, en contra de los proyectos mineros y minas en operación.
IIMP