Rio Tinto, una de las principales compañías mineras del mundo, acordó pagar 138.75 millones de dólares para resolver una demanda colectiva presentada en Estados Unidos. La demanda, liderada por el fondo de cobertura Pentwater Capital, acusaba a la empresa de ocultar a los inversionistas retrasos significativos y sobrecostos relacionados con la expansión subterránea del proyecto de cobre Oyu Tolgoi, en Mongolia, entre 2018 y 2019.
El caso se originó en torno al megaproyecto Oyu Tolgoi, una de las mayores reservas de cobre y oro del mundo, valorada en más de 7,000 millones de dólares. Este proyecto es considerado clave para la transición energética global, debido al rol fundamental del cobre en redes eléctricas, vehículos eléctricos y tecnologías renovables. Los inversionistas de Turquoise Hill Resources, entonces filial de Rio Tinto, iniciaron acciones legales en 2020 tras alegar que la empresa entregó reportes financieros engañosos que ocultaban un atraso de 2.5 años y un sobrecosto de más de 1,000 millones de dólares.
Rio Tinto controlaba Oyu Tolgoi a través de Turquoise Hill, que poseía el 66% del proyecto, mientras que el gobierno de Mongolia mantenía el 34% restante. En 2022, Rio Tinto adquirió el 100% de Turquoise Hill por 3,300 millones de dólares, consolidando su dominio sobre el yacimiento. A pesar de los contratiempos, la mina subterránea inició operaciones en 2023, consolidando a Mongolia como actor relevante en la producción global de cobre.
El acuerdo fue presentado ante la Corte del Distrito Sur de Nueva York. Aunque Rio Tinto no admitió responsabilidad legal, accedió al pago para evitar los costos, riesgos y exposición pública del litigio. Los abogados del caso solicitarán hasta el 13% del monto total como honorarios, además de 2.6 millones de dólares por gastos asociados. El acuerdo también incluye al ex CEO de la empresa, Jean-Sébastien Jacques, quien dimitió en 2021 tras otro escándalo vinculado a la destrucción de sitios aborígenes en Australia.
Para Rio Tinto, el cierre del litigio representa una decisión estratégica. La empresa evita un juicio que podría haber perjudicado su imagen y sus relaciones internacionales. Además, se ofrece mayor certeza jurídica al futuro de Oyu Tolgoi, una mina que, en plena capacidad, podría producir más de 500,000 toneladas de cobre por año.
Sin embargo, la compañía aún enfrenta desafíos en Mongolia. Las autoridades fiscales del país reclaman 438 millones de dólares en impuestos supuestamente no pagados, mientras persisten investigaciones por presunta corrupción en Reino Unido y tensiones con el nuevo liderazgo político mongol. Estos factores subrayan la importancia de mantener prácticas de gobernanza sólidas y relaciones transparentes con los países anfitriones.
En el contexto de una demanda global creciente de cobre, Oyu Tolgoi tiene un valor estratégico esencial para Rio Tinto. La expansión de las energías limpias ha disparado el interés por este metal, clave para la electrificación del transporte y la infraestructura verde. Garantizar la estabilidad operativa del proyecto es una prioridad para abastecer de forma confiable el mercado global en los próximos años.
