Jue. Sep 11th, 2025

Oro ilegal en Perú movería US$12.000 millones en 2025 y desafía a la minería formal

El Producto Bruto Interno (PBI) de Perú creció un 3,4% interanual en el primer semestre de 2025, superando su crecimiento potencial estimado en 3%. Este repunte se explica por políticas macroeconómicas expansivas, un entorno favorable en los términos de intercambio y un aumento en los salarios reales. Sin embargo, detrás de este crecimiento, analistas internacionales detectan un nuevo factor de impulso que genera preocupación: el auge del oro ilegal.

Según un informe de Bank of America (BofA), basado en estimaciones del Instituto Peruano de Economía (IPE), las exportaciones informales de oro podrían alcanzar este año los US$12.000 millones, equivalentes al 4% del PBI. Esta cifra cuadruplica el volumen registrado en 2019 y se aproxima, por primera vez, al nivel de las exportaciones legales del metal precioso.

El informe advierte que este crecimiento, aunque dinamiza el consumo interno y sostiene la demanda de servicios, podría estar generando desequilibrios macroeconómicos propios de la llamada enfermedad holandesa. Es decir, un auge en exportaciones de un recurso natural que termina afectando negativamente a otros sectores productivos por la apreciación de la moneda local y el encarecimiento de los bienes nacionales.

El economista José De Echave, exviceministro de Gestión Ambiental, coincide en que se observan síntomas de esta distorsión, aunque con matices. “No creo que solamente se deba al oro ilegal. Estamos ante un contexto de precios muy altos en los principales minerales que exportamos, como el cobre y el oro”, explica. Solo en el primer semestre de 2025, las exportaciones mineras aumentaron 18% y el año anterior superaron los US$47.000 millones.

Este flujo masivo de divisas ayuda a explicar por qué el tipo de cambio alcanzó en agosto su nivel más bajo en cinco años. Según BofA, el tipo de cambio real efectivo muestra una sobrevaluación de 8%, mientras que los precios internos están un 10% por encima de lo esperado en relación con el ingreso per cápita. El impacto también se refleja en el mercado laboral, donde los ingresos en el sector informal de Lima crecieron 9% en términos reales en julio, frente a solo 1,5% en el sector formal.

De Echave destaca que este dinamismo informal no se limita a los campamentos mineros. “En zonas con fuerte presencia de minería ilegal, la economía local se transforma rápidamente. Surgen nuevos comercios, restaurantes, alojamientos y servicios. El crecimiento es visible en muy poco tiempo”, afirma. A su juicio, pocas actividades son tan rentables como la extracción y comercialización de oro.

Desde el IPE, Víctor Fuentes advierte que el volumen de exportaciones informales podría estar incluso subestimado, y que hay una posibilidad real de que supere a la producción legal en los próximos meses. Este “blanqueo” ocurre en las plantas procesadoras, donde el oro ilegal entra al circuito formal con escasa fiscalización. De Echave refuerza la alerta: el país exporta actualmente casi el doble de oro del que oficialmente produce.

La expansión de la minería ilegal también tiene una dimensión territorial creciente. Según De Echave, se está extendiendo por regiones como Cusco, Apurímac, Piura, Ica y Arequipa. “No sorprende que la actividad se haya cuadruplicado entre 2019 y 2025. Es el resultado directo del alza sostenida en los precios del oro y el cobre”, señala.

A pesar de la magnitud del problema, la respuesta del Estado ha sido débil, denuncian los especialistas. El Registro Integral de Formalización Minera (Reinfo) apenas ha logrado que el 2% de los inscritos se formalicen. Además, entre 2024 y 2025, el presupuesto para combatir la minería ilegal se redujo en más de S/20 millones, mientras que también cayó la partida para formalización. Por el contrario, el gasto en gestión de conflictos sociales aumentó, lo que, para De Echave, refleja la falta de una estrategia clara.

Frente a este panorama, algunos congresistas han sugerido que el Banco Central de Reserva (BCR) compre oro para incentivar la formalización. Pero tanto Fuentes como De Echave rechazan esa posibilidad. “No es función del BCR promover la formalización minera. Su mandato es mantener la estabilidad monetaria”, dice Fuentes. De Echave concluye que, mientras los precios internacionales del oro y cobre se mantengan altos, los síntomas de la enfermedad holandesa y la expansión de la minería ilegal seguirán marcando la economía peruana.

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