El oro alcanzó este lunes su nivel más alto en seis semanas, impulsado por el creciente convencimiento del mercado de que la Reserva Federal de Estados Unidos podría recortar las tasas de interés antes de que termine el año. Este repunte coincidió con un hito relevante en el mercado de metales preciosos: la plata volvió a marcar un máximo histórico, reforzando su rol como refugio en un entorno de incertidumbre monetaria.
El impulso se vio alimentado por señales cada vez más claras de un posible giro en la política monetaria estadounidense. El oro al contado se cotizaba en 4,241.21 dólares por onza, con un incremento del 0.3%, mientras que los futuros para diciembre subieron 0.5%, alcanzando los 4,275.40 dólares. La plata avanzó 1.3% hasta los 57.12 dólares, luego de escalar a un récord histórico de 57.86 dólares.
Este desempeño responde a una combinación de factores que favorecen la demanda de metales preciosos. Por un lado, el dólar cayó a mínimos de dos semanas, lo que vuelve más atractivos estos activos para quienes operan en otras monedas. Por otro, los comentarios recientes de distintos miembros de la Fed han sido interpretados como señales de una inminente flexibilización monetaria.
Tanto Christopher Waller, gobernador de la Reserva Federal, como John Williams, presidente de la Fed de Nueva York, adoptaron un tono más moderado respecto del futuro de la política monetaria. A esto se suma la debilidad en ciertos indicadores económicos, como el consumo personal básico, que sugiere una desaceleración capaz de justificar un cambio de rumbo.
Según la herramienta FedWatch del CME, los mercados asignan un 88% de probabilidad a un recorte de tasas en la reunión de diciembre. Esta elevada expectativa refleja el consenso de que el entorno es propicio para un alivio monetario, una situación que tradicionalmente beneficia al oro y la plata, ya que su atractivo crece cuando disminuyen los rendimientos de los instrumentos de renta fija.
A los elementos económicos se sumó este lunes una arista política. Kevin Hassett, cercano al expresidente Donald Trump, expresó estar dispuesto a asumir la presidencia de la Fed si se le propone el cargo. Conocido por favorecer tasas más bajas, su eventual nombramiento podría marcar un giro importante en la política monetaria.
El secretario del Tesoro, Scott Bessent, señaló que Trump podría anunciar a su candidato antes de Navidad. Aunque se trata de un escenario aún especulativo, los mercados ya comienzan a incorporar este posible cambio en la conducción de la Fed, anticipando un mayor estímulo monetario.
Los inversionistas estarán atentos esta semana a dos indicadores clave: el informe de empleo ADP de noviembre y la actualización del gasto en consumo personal básico de septiembre. Estos datos podrían reforzar o moderar las expectativas de recorte de tasas, dependiendo de su alineación con las proyecciones del mercado.
El movimiento alcista no se limitó al oro y la plata. El platino subió 0.5% hasta los 1,680.75 dólares por onza, mientras que el paladio avanzó 0.2% y llegó a 1,452.97 dólares. Estas alzas reflejan un mayor apetito por activos tangibles en un contexto de volatilidad cambiaria y dudas sobre el crecimiento global.
En una visión más amplia, el fortalecimiento del oro y la plata está estrechamente ligado al deterioro del panorama macroeconómico mundial. La desaceleración en China, las tensiones geopolíticas en Medio Oriente y los efectos todavía presentes del ciclo de endurecimiento monetario entre 2022 y 2023 han impulsado a los inversionistas a buscar refugio en los metales preciosos.
















