El exministro de Economía y Finanzas y director de Alpha Asesoría Estratégica, Luis Carranza, destacó en CADE Ejecutivos 2025 que la minería peruana puede convertirse en un eje aún más potente del crecimiento económico si el país logra consolidar un clúster competitivo de proveedores nacionales.
“Hoy cerca del 4% del PBI peruano depende de las empresas que proveen bienes y servicios a la minería. En Chile esa cifra llega al 7% y en Australia al 10%. Si fortalecemos esta cadena, podríamos elevar el aporte del sector hasta el 8% del PBI en las próximas dos décadas”, sostuvo Carranza durante su exposición en el bloque Crecimiento económico del foro.
El exministro precisó que dos tercios de las empresas proveedoras mineras son nuevas, lo que refleja el dinamismo del ecosistema vinculado al sector. Agregó que cada empleo directo en minería genera hasta 15 empleos adicionales en la cadena de proveedores, lo que demuestra el efecto multiplicador del sector sobre la economía formal.
“La minería no solo aporta ingresos fiscales; su verdadero valor está en la generación de conocimiento, empleo y tecnología a través de sus proveedores”, remarcó.
Ventana de oportunidad
Carranza recordó que la cartera de proyectos mineros en el país asciende a US$64 mil millones, una oportunidad que —de aprovecharse con eficiencia— podría marcar la diferencia entre el estancamiento y el desarrollo.
“No podemos darnos el lujo de perder 12 años como con Quellaveco o más de 15 años como con Tía María. Necesitamos evitar que nuevos proyectos queden paralizados indefinidamente”, advirtió.
Según el exministro, acelerar la ejecución de proyectos permitirá no solo atraer más inversión, sino expandir la base productiva del país, generando oportunidades en regiones que hoy dependen de actividades de baja productividad.
De la minería al desarrollo sostenible
Carranza insistió en que la minería, por sí sola, no elimina la pobreza, pero puede ser la base de una red de oportunidades sostenibles si se orienta a fortalecer la educación, la innovación y el desarrollo territorial.
“Lo que transforma a un país es aprovechar el impulso minero para fortalecer la educación, la innovación y la productividad. Solo así podremos alcanzar los niveles de desarrollo de Chile y Australia”, concluyó.















