La multinacional suiza Glencore, a través de su filial Britannia Refined Metals (BRM), inauguró una moderna planta de muestreo especializada en residuos con contenido de cobre en su complejo industrial de Kent, Reino Unido. Con una inversión de 41 millones de libras esterlinas (más de 47 millones de euros), esta iniciativa marca un paso clave en la estrategia de la compañía para diversificar sus operaciones y consolidar su liderazgo en la recuperación de minerales críticos mediante procesos de reciclaje industrial.
Diseñada para procesar hasta 25 mil toneladas anuales de residuos metálicos, la instalación se enfocará principalmente en materiales provenientes de equipos eléctricos y electrónicos desechados, como refrigeradores, microondas, cableado automotriz y otros dispositivos en desuso. El sistema permitirá obtener muestras precisas para determinar el valor y composición de los metales contenidos, con especial atención en el cobre y en otros materiales estratégicos de alto valor industrial.
La nueva planta combina tecnologías de trituración mecánica y tratamiento térmico mediante hornos de bandeja e inducción, con el fin de generar fracciones homogéneas del material que faciliten el análisis químico y las decisiones sobre refinado y recuperación. Este modelo refuerza la capacidad de BRM para operar como un nodo avanzado dentro de la cadena europea de reciclaje de metales, impulsando la eficiencia y trazabilidad en el manejo de residuos industriales.
Para Marc Bedard, director de Zinc y Activos Metalúrgicos de Glencore, el proyecto refleja el compromiso del grupo con la transición energética y la seguridad tecnológica global. “Esta planta representa nuestro compromiso con la recuperación de materiales críticos y con el desarrollo de soluciones que fortalezcan las cadenas de suministro industrial”, señaló.
A su vez, Paul Odendaal, ingeniero de desarrollo en BRM, destacó que esta infraestructura permitirá al Reino Unido consolidar su posición en los mercados internacionales de minerales reciclados. Según explicó, “con esta inversión, BRM refuerza su papel dentro de la cadena de suministro global, aportando soluciones tecnológicas que permiten reutilizar recursos y disminuir la dependencia de materiales vírgenes”.
La operación generará 20 nuevos puestos de trabajo una vez que funcione a plena capacidad, integrándose a los 150 empleados actuales de la planta de Kent. Los nuevos roles se concentrarán en áreas técnicas, operativas y de gestión, fortaleciendo la base de conocimiento y especialización requerida para una industria que combina innovación, sostenibilidad y alto rendimiento operativo.
La elección de Kent responde a su ubicación estratégica y a la trayectoria de BRM, fundada en 1930, como referente histórico en el refinado de metales. Con esta expansión hacia el tratamiento de residuos de cobre, la empresa se incorpora plenamente a la llamada “minería urbana”, orientada a recuperar materiales valiosos de los residuos tecnológicos. En línea con la Estrategia de Minerales Críticos del Reino Unido, actualizada recientemente, la nueva planta refuerza la colaboración entre industria y políticas públicas, demostrando que la minería moderna puede avanzar hacia un modelo más circular, eficiente y sostenible.















