Donald Trump amenazó con imponer aranceles del 50% a las importaciones de cobre, una declaración que agitó los mercados del metal rojo, cuyos precios se dispararon en Estados Unidos y bajaron en Londres.
Estas son las implicaciones que tendría la medida sobre ese metal, crucial para la transición energética.
Economía del futuro
La demanda de cobre, un metal utilizado en el cableado de paneles solares, turbinas de los aerogeneradores y baterías de vehículos eléctricos, se ha disparado en los últimos años, más allá de su tradicional uso en la construcción.
Con la electrificación de los transportes, el crecimiento de la Inteligencia Artificial (IA) y de los centros de datos, “EE. UU., como China y otras grandes economías, está confrontado a una demanda de electricidad en fuerte aumento”, indicó Ole Hansen, de Saxo Bank.
El cobre, un “metal estratégico para la industria manufacturera y para la producción de material”, también lo es para la producción “de armas de guerra”, apuntó por su parte Jason Schenker, analista en Prestige Economics.
Según la Agencia Internacional de la Energía (AIE), el consumo mundial de cobre pasará de 26 millones de toneladas en el 2023 a casi 33 millones de toneladas para 2035, lo que supone un alza del 26%.
Factor Trump
A principios de la década de 1990, Estados Unidos prácticamente no dependía de las importaciones del cobre, según la Casa Blanca. Esto cambió con el tiempo, lo cual “aumentó los riesgos para la seguridad de la cadena de abastecimiento”, dijo la Presidencia en febrero.
China, rival económico de Estados Unidos, es el primer productor de cobre refinado (distinto del mineral de cobre) pero, como Washington, es un importador neto del metal rojo, lo cual limita su influencia en el mercado.
Por ello, Ole Hansen consideró que la aplicación de aranceles al 50% “no tiene sentido” y que perjudicaría sobre todo a Estados Unidos o a sus proveedores principales, Chile, Canadá o Perú, que son además “naciones amigas”.
Y más teniendo en cuenta que la capacidad de Washington de aumentar su producción dista de ser suficiente, lo que podría empujar al presidente Donald Trump a moderar sus anuncios, según el analista de Saxo Bank.
De momento, el gobierno de Chile, país que es el principal productor de cobre del mundo con casi un 25% de la oferta global, afirmó que “reacciona con cautela” a los anuncios de Trump, y señaló que aguarda una “comunicación oficial” al respecto.
Amenaza
Ya en marzo, Donald Trump prometió que impondría aranceles a ese metal, como hizo con el aluminio o el acero, sin esperar a los resultados de una investigación iniciada en febrero sobre la dependencia de Washington a las importaciones de cobre.
El anuncio del mandatario hizo que los precios del cobre refinado subieran en los últimos meses, pues los compradores estadounidenses optaron por hacer acopio.
Con la medida, Trump espera favorecer y aumentar la producción estadounidense del cobre, que en la actualidad no cubre ni la mitad de las necesidades de ese metal en Estados Unidos.
Según analistas de ING, si bien la amenaza expresada por Trump no supone “ninguna sorpresa” para el mercado del cobre, este anticipaba un arancel del 25% y no del 50%.
Tras la declaración del republicano, el cobre repuntó cerca de un 17% en el Comex, plaza de transacciones de Nueva York, y alcanzó 5.73 dólares la libra, un récord.
En cambio, el metal industrial retrocedió levemente en la Bolsa de Metales de Londres (LME), pues fuera de Estados Unidos, la amenaza de nuevos aranceles se percibe como un factor de bajada de precios.
A largo plazo, varios analistas consideraron que un arancel de esa magnitud podría frenar la demanda estadounidense al encarecerse los costes de aprovisionamiento, lo que haría que los precios mundiales bajen.
Consumidor
El año pasado, EE.UU. importó casi la mitad del cobre que consumía, según el Servicio Geológico, y la mayoría de esos envíos provinieron de Chile y Canadá.
Sin embargo, a nivel mundial Beijing ha dominado cada vez más la cadena de suministro.
El objetivo de Trump es aumentar la producción nacional, pero los expertos afirman que esto tomará años para alcanzar su máximo potencial y décadas para satisfacer plenamente la demanda, con una enorme inversión inicial.
Por su parte, The Wall Street Journal indica que los analistas temen ahora que las subidas de precios de los metales y otros bienes importados, inducidos por los aranceles, puedan impulsar la inflación estadounidense, que se ha mantenido de forma constante por encima del objetivo del 2% de la Reserva Federal.
“El impacto de la guerra comercial mundial en el mercado fue evidente, ya que los precios del cobre subieron a máximos históricos, con una ganancia intradía de hasta un 18%, antes que un retroceso del 10.23%”, anota Tom Essay en su informe The Sevens Report. (AFP/EFE)
El nuevo petróleo
Si el mundo se orienta hacia un futuro más verde, el cobre se convierte en el nuevo petróleo, explica Kathleen Brooks, analista de XBT.
El cobre, un metal de alta conductividad y muy dúctil, tiene muchos usos en la transición energética. Antes, era utilizado en la construcción, el cableado eléctrico y la fabricación de instrumentos de cocina.
Para Ole Hansen, analista de Saxobank, este metal es “crucial” para la transición verde y para “las infraestructuras de energías renovables, debido a su uso en el cableado y los conductores de paneles solares, las turbinas eólicas y otros equipos”.
El cobre también es una materia prima fundamental para los vehículos eléctricos.
Otros factores que contribuyen a la demanda en alza es la necesidad de modernizar las redes eléctricas debido al aumento del consumo de energía y su uso para el almacenamiento de energía en las baterías.
La oferta está bajo presión por varias huelgas, las tensiones geopolíticas, las nuevas reglamentaciones y la disminución de la cantidad de metal que se puede extraer en algunos yacimientos en declive.
Cifras
-73.7% de la producción del cobre peruano se vende a China contra el 5% de EE.UU. en el primer trimestre del 2025.
-5.5 millones de toneladas de cobre produce Chile, esto significa el 25% de la producción mundial.
-50% creció el mercado del metaal rojo entre 2017 y 2022, según la Agencia Internacional de Energía.