Lun. Nov 3rd, 2025

El alza del oro desata una nueva fiebre dorada en California

Matt James ha pasado años explorando colinas y ríos de California (Estados Unidos) en busca de pepitas doradas y otros tesoros escondidos. Sin embargo, en tiempos recientes, el buscador ha descubierto una nueva veta de oro en un terreno inesperado: sus redes sociales.

El valor del metal precioso ha experimentado fluctuaciones, pero en los últimos dos años prácticamente ha duplicado su cotización, alcanzando en octubre un máximo histórico cercano a los US$ 4.300 por onza. Ese auge ha despertado nuevamente el interés por la minería artesanal y por quienes, como James, comparten su pasión en internet.

“Mis redes sociales están definitivamente viendo un aumento en tráfico”, dijo a AFP durante una de sus excursiones en el norte de California, una región que hace más de un siglo fue el epicentro de la legendaria “fiebre del oro”. Ese incremento de reproducciones, junto con las comisiones que recibe por la venta de productos mineros, se ha convertido en una fuente adicional de ingresos para este gerente de proyectos de 34 años.

“No me estoy volviendo rico, pero ciertamente me paga mi pasatiempo y mi pasión, y cubre el costo de mi equipo”, explicó James, anfitrión del canal de YouTube Mountaineer Matt, cuyos videos acumulan decenas de miles de visualizaciones.

Para James, la pregunta más frecuente entre sus seguidores es siempre la misma: “¿Dónde se puede encontrar oro?”. Sin embargo, responde que ese es el secreto mejor guardado de los buscadores. “El oro es muy, pero muy difícil de hallar, y todos quieren mantenerlo en secreto”, comenta entre risas.

Aunque sueña con encontrar “la gran pepita”, James es consciente de que su experiencia está lejos del frenesí minero de 1849, cuando miles de personas llegaron desde todo el mundo atraídas por la llamada Veta Madre. No obstante, asegura que el oro sigue presente en la región y que las nuevas herramientas especializadas son clave para detectarlo.

En ese mismo nicho se mueve Cody Blanchard, fundador de la microempresa Heritage Gold Rush, quien decidió convertir su pasatiempo en un negocio. “Vendo una serie de productos, desde las herramientas básicas para ir al río y panear oro, hasta detectores de metales de alta gama que pueden costar miles de dólares”, explica el emprendedor, de 35 años.

Blanchard, que trabaja además como técnico sanitario y ofrece paseos guiados para buscar oro, afirma haber triplicado sus hallazgos anuales, pasando de una onza a poco más de tres. “Pero como negocio he visto un crecimiento tremendo en un corto período de tiempo”, señala, subrayando que los equipos más modernos ayudan a encontrar más oro, lo cual se convierte en la mejor publicidad para sus productos.

La fiebre dorada, aunque en una versión moderna, sigue viva en California, el llamado “Estado Dorado”. En el Parque Histórico Estatal de Columbia, donde antaño florecieron asentamientos mineros, la empresa familiar Matelot Gulch Mining Co. atrae cada vez más visitantes que buscan experimentar la emoción de panear oro. Su administradora, Nikaila DeLorenzi, cuenta que los incendios recientes han favorecido la erosión, liberando sedimentos ricos en minerales. “Hay muy buenas oportunidades para buscar oro, y ahora que está a US$ 4.000 la onza, muchos piensan que puede ser un pasatiempo rentable”, dijo.

Entre esos curiosos está Charlene Hernandez, quien junto a su familia probaba suerte con una batea. “Con todos los cambios en el valor del dinero, el oro sigue siendo algo confiable, algo sólido”, afirmó. “Quizá estemos ante una nueva fiebre dorada, diferente a la que leemos en los libros, pero con el mismo espíritu de aventura”.

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