La producción de cobre en Chile mostró un desempeño mixto durante julio de 2025, según cifras oficiales de la Comisión Chilena del Cobre (Cochilco). Mientras Codelco y la mina Escondida reportaron incrementos en su producción, la faena de Collahuasi registró una caída significativa. Este contraste refleja la diversidad de condiciones operativas que atraviesa actualmente la minería del cobre en el país.
Codelco, la mayor productora estatal de cobre del mundo, alcanzó una producción de 118.500 toneladas en julio, lo que representa un crecimiento interanual del 6,4 %. Este aumento estaría asociado a una mejora en la eficiencia operativa, ajustes en procesos productivos y menores interrupciones externas. Una logística más estable y un buen desempeño en sus principales minas también habrían contribuido al resultado positivo.
Por su parte, Escondida —la mina de cobre más grande del planeta y operada por BHP— registró una producción de 114.800 toneladas, marcando un alza de 7,8 % en comparación con el mismo mes del año anterior. Este incremento tiene un impacto directo en los mercados internacionales, ya que Escondida representa una porción clave del suministro global de cobre, en un contexto de creciente demanda por parte de industrias como la electromovilidad y las energías renovables.
En contraste, la mina Collahuasi, controlada por Glencore y Anglo American, sufrió una caída del 27,2 %, con una producción de solo 34.200 toneladas en el mes. Factores como mantenimiento de equipos, interrupciones operativas y problemas en el abastecimiento de insumos habrían influido en el descenso. La diferencia entre sus cifras y las de Codelco o Escondida pone en evidencia los distintos desafíos técnicos y logísticos que enfrenta cada operación minera.
A nivel global, el contexto sigue siendo favorable para la minería chilena, gracias a precios del cobre relativamente estables y una demanda sólida desde economías como la china. No obstante, los retrocesos en minas estratégicas también revelan vulnerabilidades del sistema, como la dependencia de infraestructura crítica y cadenas logísticas sensibles. Expertos advierten que se necesitan políticas que fortalezcan la continuidad operativa, incentiven la inversión y mejoren la resiliencia del sector frente a contingencias.