Lun. Ago 25th, 2025

Claudio Cáceres: «La contribución de Las Bambas es del 1% al PBI nacional y del 72% del PBI en la región Apurímac»

El trabajo con las comunidades donde opera la minera Las Bambas es arduo y constante. Porque para darle viabilidad al proyecto es necesario estar en armonía con ellas. Claudio Cáceres, vicepresidente de Sostenibilidad y Asuntos Corporativos de la minera, explica la gestión social que realizan a través del programa el Corazón de Las Bambas.

¿Dónde se ubica y en qué consiste la operación de Las Bambas?

Nos ubicamos en la región Apurímac, en las provincias de Cotabambas y Grau. El principal campamento minero está en Ferrobamba, distrito de Challhuahuacho, a más de 300 kilómetros de Cusco y a más de 700 kilómetros del puerto de Matarani, por donde exportamos el concentrado de cobre que producimos. Interactuamos con más de 71 comunidades campesinas y 14 distritos de Apurímac y Cusco. La contribución de Las Bambas para la economía es del 1% al PBI nacional y 72% del PBI en la región Apurímac. Empleamos a más de 8 mil trabajadores, entre directos e indirectos, pero si consideramos el empleo inducido son casi 75 mil. Más del 50% de nuestra fuerza laboral proviene de Apurímac y Cusco. Entre 2014 y 2023 pagamos hasta US$1,700 millones en impuestos. El 50% se distribuye como canon a la región, distritos y provincias donde operamos. Por concepto de regalías son más de US$657 millones.

¿Qué tan importante es contar con un modelo de gestión social para vivir en armonía con las comunidades?

En Las Bambas hemos implementado un nuevo modelo de gestión social integral que denominamos el Corazón de Las Bambas. Después de muchos años en donde hemos tenido conflictos con algunas comunidades campesinas, optamos por realizar una reingeniería y cambiar la forma de relacionarnos con ellas. Pasamos de tener iniciativas dispersas y reactivas a tener un enfoque sistemático y preventivo con procesos estructurados, roles definidos y metas medibles para determinar cómo estamos contribuyendo con el desarrollo de la región y de las comunidades. Siempre trabajando muy de la mano con el Estado y la sociedad civil.

¿Cuáles son los pilares del Corazón de Las Bambas?

El primero es el relacionamiento multiactor. Lo que buscamos es cogestionar tanto con el Estado —distrital, provincial, regional y nacional— como con las comunidades desde una etapa muy temprana. Ellos nos ayudan a identificar mediante una escucha permanente cuáles son las necesidades de la población. Eso nos lleva al segundo pilar, desarrollo social y territorial, que es ver cómo podemos interactuar y contribuir con ellos. Actualmente, estamos enfocados en mejorar la infraestructura educativa de la zona y la calidad docente. También trabajamos en el factor local, que es generar oportunidades de prestación de servicios directos en la mina para que en un futuro puedan prestar servicios a otras empresas y mercados. Todo ello ligado al tema del empleo.

¿Y los otros dos pilares?

El tercer pilar es el crecimiento, el desarrollo y el negocio. Las operaciones mineras tienen presencia por muchos años en diversos territorios y por eso debemos tener una mirada de largo plazo, buscando pensar en el desarrollo futuro de la operación y en el acceso sostenible a las tierras para poder llevar a Las Bambas a su total potencial. El último pilar es el de gestión de riesgos e impactos sociales. Para ello contamos con un nuevo sistema que busca contar con una alerta temprana para poder administrar riesgos, evitar que escalen y puedan convertirse en un conflicto de impacto mayor.

¿Algún ejemplo al respecto?

Lo hecho durante el inicio de la explotación del segundo tajo, en Chalcobamba. Allí coordinamos con la comunidad campesina de Huancuire, que colinda con este tajo, para incluirlos dentro de la cadena de valor. Se contrataron empresas locales de los cuatro sectores que tiene esta comunidad para que sean ellos quienes nos ayuden a desarrollar la operación a través de la prestación de servicios. Lo propio ocurrió con la comunidad de Fuerabamba, nuestra comunidad de acogida y que fue reasentada hace 10 años. Esta, a través de una empresa comunal, nos presta el servicio de transporte de concentrado con 50 camiones.

Respecto al tema educativo…

Nos hemos adherido al pacto por la educación, iniciativa impulsada por el Minedu, con quien hemos firmado un convenio marco para reconstruir 14 instituciones educativas en Cotabambas a través del mecanismo de Obras por Impuestos. Estamos hablando de una inversión de más de S/200 millones en infraestructura y en la calidad educativa a través de la capacitación a docentes y directores. Tenemos más de 300 maestros formados en metodologías innovadoras de educación. Adicionalmente, el programa Aprendiendo en la Comunidad, dirigido a adultos en zonas rurales incluye un programa de alfabetización.

¿Cuántos beneficiarios han tenido sus acciones y cuál es el impacto generado?

En temas educativos, desde 2017 tenemos invertidos más de US$6 millones en educación superior y son cerca de 200 jóvenes becarios en universidades e institutos, Apostamos por la equidad de género, por eso buscamos que más del 50% de los beneficiarios sean mujeres. Además, realizamos un acompañamiento profesional personalizado a favor de cada becario, que incluye asesoramiento sicológico y coaching para asegurarnos de que puedan seguir estudiando. En cuanto a compras locales, entre 2016 y 2023 hemos realizado compras en Apurímac y Cusco por alrededor de US$650 millones.

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