La producción de oro en Chile experimenta un notable repunte. En los primeros nueve meses de 2025, el país alcanzó 31,861 kilogramos de oro fino, cifra que representa un incremento de 27,9 % respecto del mismo periodo del año anterior. Según datos de Sernageomin, este ritmo podría llevar a Chile a superar su marca histórica de 2012, cuando se produjo un total de 48,648 kilogramos.
El impulso proviene principalmente del ingreso de nuevos proyectos, especialmente Salares Norte, operado por Gold Fields en la Región de Atacama. La mina inició oficialmente sus operaciones a fines de octubre y se proyecta que genere alrededor de 300,000 onzas en 2025 y hasta 550,000 en 2026, lo que podría constituir cerca de una cuarta parte de la producción nacional estimada para ese año.
El escenario internacional también ha favorecido este crecimiento. El precio del oro superó máximos históricos en octubre, llegando a cotizarse sobre los US$4,300 por onza, lo que motivó a diversas faenas a intensificar sus niveles de extracción para aprovechar la coyuntura de precios elevados.
Chile, tradicionalmente enfocado en el cobre, comienza así a fortalecer su presencia en la minería aurífera regional. Consultoras como Plusmining, Cesco y GEM Mining Consulting proyectan que la producción total del país en 2025 alcanzará entre 37 y 46 toneladas, continuando la tendencia al alza registrada desde 2023. De mantenerse esta trayectoria, el país podría recuperar posiciones en el ranking latinoamericano, actualmente liderado por México, Perú, Brasil y Colombia.
Entre los proyectos que contribuirán al crecimiento destacan la expansión de La Coipa y Florida 100, además de iniciativas a mediano plazo como Lobo Marte, Nueva Esperanza, El Zorro y Volcán, las cuales podrían elevar la producción hasta 70 toneladas anuales hacia 2033. Este dinamismo ha sido valorado por el Ministerio de Minería, que considera el repunte del oro como una oportunidad para diversificar la matriz extractiva frente a la volatilidad de los metales industriales.
Pese al avance, el sector enfrenta desafíos relacionados con el manejo del agua, la operación en zonas de alta montaña y la necesidad de fortalecer la confianza con las comunidades. Expertos del sector también advierten que para consolidar el ciclo aurífero será clave acelerar permisos, brindar certidumbre regulatoria y mantener estándares ambientales robustos. Con precios altos, proyectos en expansión y condiciones geológicas favorables, Chile tiene la posibilidad de consolidar un nuevo capítulo en su historia aurífera si logra sostener el crecimiento con una visión estratégica de largo plazo.
















