En un contexto clave para la minería global, BHP, la mayor minera del mundo, reafirmó su confianza en el cobre y en el entorno de inversión de Estados Unidos, mientras evitó hablar sobre posibles adquisiciones. Durante una presentación con accionistas este lunes, el CEO Mike Henry y la CFO Vandita Pant centraron sus mensajes en los activos estratégicos de la compañía, con especial énfasis en Argentina, y abordaron también los desafíos que enfrenta su proyecto de potasa en Canadá.
La ocasión marcó el primer encuentro formal con inversionistas tras el anuncio de la fusión entre Anglo American y Teck Resources, una operación de 53 mil millones de dólares que reconfigura el panorama del cobre y genera expectativas de nuevas consolidaciones en el sector. Sin embargo, BHP mantuvo el silencio frente a una de las preguntas más esperadas: ¿volverá a intentar una adquisición de gran escala?
Henry optó por destacar los avances concretos que tiene la empresa en marcha. En sus palabras, “la historia de crecimiento del cobre para BHP es una de las grandes historias”. Afirmó que en los últimos años han logrado un crecimiento del 28 % en su producción de cobre y que actualmente operan en cuatro cuencas clave que consolidan su liderazgo global en este mineral.
Estas regiones estratégicas incluyen Escondida en Chile —la mayor mina de cobre del mundo—, las operaciones en Australia del Sur, la asociación Resolution con Rio Tinto en Estados Unidos y el proyecto Vicuña, en Argentina, desarrollado en conjunto con Lundin Mining. Este último, además de su potencial geológico, sitúa a BHP en una zona cada vez más codiciada por los grandes actores de la industria.
El distrito Vicuña, ubicado entre las provincias de San Juan y La Rioja, ha captado el interés de múltiples empresas. Durante la sesión, se mencionó a NGEX Minerals, que también opera en la zona. No obstante, Henry evitó cualquier comentario sobre una posible compra, manteniendo la cautela frente a rumores de fusiones o movimientos estratégicos.
En el trasfondo, la fusión entre Anglo American y Teck Resources representa un punto de inflexión en la industria, especialmente considerando que el cobre se ha vuelto esencial para la transición energética global. Que BHP haya elegido no pronunciarse sobre nuevas adquisiciones puede interpretarse como una señal de prudencia en un momento de transformación del mercado.
Cabe recordar que hace apenas un año, BHP retiró una oferta de 49 mil millones de dólares por Anglo American, lo que habría reforzado de inmediato su presencia en cobre. Hoy, según fuentes internas, la prioridad está puesta en hacer crecer los activos que ya tiene, apostando por una expansión orgánica y más controlada.
Esta estrategia está alineada con la visión de Mike Henry, quien ha enfocado su gestión en los llamados “activos del futuro” —como el cobre, la potasa y el níquel— y ha dejado de lado áreas que ya no se consideran esenciales para el futuro de la compañía. En este marco, el proyecto Jansen, en Canadá, juega un rol central.
Sin embargo, no todo es optimismo. El propio Henry reconoció que el rendimiento esperado del proyecto Jansen se verá afectado por un aumento en los costos y una demora en su puesta en marcha. Aun así, reafirmó el compromiso con esta iniciativa, clave para diversificar la cartera de productos de BHP más allá de los metales tradicionales.
Donde sí se percibió entusiasmo fue al hablar del entorno de inversión en Estados Unidos. Henry destacó que los costos energéticos allí son actualmente la mitad que en Australia, lo que convierte al país en un destino atractivo para la expansión minera. Sin grandes promesas ni movimientos espectaculares, BHP muestra una estrategia basada en el conocimiento profundo de sus activos, apostando por el crecimiento con control, especialmente en mercados clave como Argentina y Estados Unidos, donde el cobre continúa siendo la carta fuerte.