Las acciones de Korea Zinc Co. Ltd., uno de los mayores refinadores de zinc a nivel mundial, registraron una caída del 11 % en la Bolsa de Seúl este lunes. El retroceso se produjo luego de que accionistas relevantes presentaran una demanda para bloquear un plan de financiamiento vinculado a la construcción de una planta de fundición en Estados Unidos, lo que introdujo incertidumbre legal sobre un proyecto considerado estratégico.
El conflicto se origina en la propuesta de emitir cerca de 2.2 millones de nuevas acciones, equivalentes al 10 % del capital de la compañía. Estos títulos estarían destinados a un vehículo conjunto entre Korea Zinc, inversionistas estadounidenses y entidades gubernamentales, con el fin de financiar una planta de procesamiento de minerales críticos en Clarksville, Tennessee. Los accionistas opositores sostienen que la medida implica una dilución injustificada de su participación.
Young Poong Group y el fondo MBK Partners, que en conjunto poseen una participación significativa en la empresa, acudieron al Tribunal del Distrito Central de Seúl para solicitar la suspensión de la emisión. Alegan que la decisión fue adoptada sin un proceso transparente y sin que los principales accionistas contaran con información suficiente ni la oportunidad de participar en la ampliación de capital.
La iniciativa forma parte de una estrategia más amplia de Korea Zinc para diversificar su presencia geográfica y reducir la dependencia de cadenas de suministro dominadas por China. En línea con las políticas industriales de Estados Unidos, la empresa busca posicionarse como proveedor clave de minerales críticos para sectores como el automotriz, la electrónica y las energías limpias.
La reacción del mercado fue inmediata. La fuerte caída de las acciones refleja la preocupación de los inversionistas por el posible retraso del proyecto y por una fractura interna en la gobernanza corporativa. Analistas advierten que el conflicto podría escalar si no se revisan los mecanismos utilizados para aprobar la operación.
En respuesta, Korea Zinc defendió la legalidad del proceso y afirmó que se cumplieron todos los protocolos corporativos. La empresa subrayó que el financiamiento es crucial para consolidar su papel en América del Norte y generar sinergias con sus operaciones globales, especialmente en el ámbito de los metales estratégicos.
No obstante, los accionistas disidentes aseguran que no fueron informados oportunamente sobre los detalles de la emisión ni sobre el perfil de los nuevos inversores. También cuestionan la concentración de poder en el presidente del consejo, Yun B. Choi, cuya familia controla una parte relevante de la compañía, y advierten que la operación reforzaría ese control sin ofrecer igualdad de condiciones a otros inversionistas institucionales.
Desde el punto de vista legal, el tribunal deberá decidir si concede una medida cautelar que detenga la emisión de acciones. De aprobarse, Korea Zinc tendría que replantear su esquema de financiamiento; de rechazarse, el proyecto podría avanzar, aunque con el riesgo de agravar el conflicto interno y dañar su reputación ante socios internacionales.
El caso pone de relieve tensiones recurrentes en grandes conglomerados asiáticos entre grupos familiares dominantes y fondos institucionales que exigen mayor transparencia. Asimismo, plantea interrogantes sobre la viabilidad de ejecutar expansiones estratégicas de gran escala sin consenso interno, en un contexto geopolítico marcado por la competencia por los minerales críticos.















