Codelco anunció este miércoles la firma de un memorando de entendimiento con la suiza Glencore, con miras a evaluar la construcción de una nueva fundición de cobre en Chile. El acuerdo preliminar contempla una capacidad proyectada de procesamiento de 1.5 millones de toneladas métricas secas de concentrado por año. Ambas empresas esperan cerrar un acuerdo definitivo durante el primer semestre de 2026, una vez concluidos los estudios técnicos necesarios.
La iniciativa surge ante la necesidad de ampliar la infraestructura de fundición en el país, en un escenario donde aumenta la demanda global de cobre refinado. Aunque Chile aporta cerca del 27 % de la producción mundial, gran parte del mineral sale al exterior en forma de concentrado, lo que limita la generación de valor agregado dentro del territorio nacional y reduce el impacto industrial asociado a la cadena productiva del cobre.
El entendimiento entre Codelco y Glencore busca revertir esta situación mediante una inversión conjunta que permita ampliar la capacidad nacional de procesamiento. Si se concreta, la nueva planta se convertiría en una de las instalaciones más relevantes de su tipo en América Latina, fortaleciendo la posición de Chile como proveedor estable de cobre con mayor grado de elaboración.
En esta etapa temprana, la propuesta permanece en evaluación técnica y económica. No se ha definido la localización exacta de la futura fundición, aunque se anticipa que se elegirá un área con acceso adecuado a puertos, energía y servicios logísticos. También se prevé que el proyecto incorpore estándares ambientales más estrictos, acorde con las normativas vigentes y las expectativas sociales respecto de las emisiones industriales.
Glencore, uno de los principales traders y productores de materias primas a nivel global, tiene presencia activa en el país mediante su participación en diversas operaciones mineras. Su colaboración con Codelco, mayor productor mundial de cobre, refuerza la tendencia de alianzas público-privadas para abordar desafíos estratégicos en la industria extractiva.
Desde el Ministerio de Minería valoraron positivamente el anuncio, subrayando que coincide con los objetivos gubernamentales de expandir la capacidad de fundición y refinación. Estas metas forman parte del Plan Nacional de Minería, que busca avanzar hacia una mayor industrialización del cobre y un uso más eficiente de los recursos disponibles.
La construcción de una fundición de esta magnitud implicaría inversiones que podrían superar los mil millones de dólares, considerando tanto la infraestructura principal como sus instalaciones complementarias. Este tipo de obras suele generar una fuerte demanda de mano de obra y encadenamientos productivos, beneficiando a proveedores locales y regionales durante la construcción y la operación posterior.
En el plano ambiental, la experiencia reciente del cierre de la fundición Ventanas ha puesto de relieve la necesidad de tecnologías más limpias. En consecuencia, el proyecto representa una oportunidad para implementar sistemas avanzados de control de emisiones, gestión de residuos y eficiencia energética, que cumplan con los estándares internacionales y respondan a las exigencias normativas del país.
A escala estratégica, aumentar la capacidad de fundición dentro de Chile permitiría disminuir la dependencia de instalaciones en el extranjero y mitigar riesgos vinculados a interrupciones logísticas o comerciales. Esto es especialmente relevante en un contexto de transición energética acelerada, donde la demanda por cobre —insumo crítico para energías renovables y electromovilidad— continúa creciendo.
El anuncio se produce en un escenario marcado por una fuerte competencia global, con países como Perú, Canadá y Australia ampliando su infraestructura de procesamiento. Para Codelco, avanzar en este tipo de acuerdos implica reforzar su liderazgo en el mercado del cobre refinado y proyectar una estrategia de largo plazo frente a las nuevas dinámicas internacionales.
En los próximos meses, Codelco y Glencore deberán avanzar en estudios de factibilidad, evaluaciones ambientales y diseño de ingeniería. Solo tras estas etapas se podrá confirmar el volumen definitivo de inversión, el calendario de construcción y las vías de financiamiento que sostendrán el proyecto.
Es importante destacar que el memorando firmado no constituye aún un compromiso contractual, sino un marco general para la colaboración. La firma del acuerdo final en 2026 dependerá de los resultados de las evaluaciones preliminares, así como de las condiciones económicas y regulatorias que prevalezcan durante el proceso.
La viabilidad del proyecto también está sujeta a la reacción de comunidades, autoridades locales y organizaciones ambientales. En Chile, varios proyectos industriales han enfrentado retrasos por cuestionamientos sociales, lo que convierte el relacionamiento comunitario en un factor clave para asegurar avances sin contratiempos mayores.
En términos más amplios, Chile sigue siendo un actor fundamental en el mercado mundial del cobre, pero su capacidad de capturar valor dependerá de su avance hacia cadenas productivas más complejas. La alianza entre Codelco y Glencore se inserta en ese desafío de fondo: avanzar desde un modelo centrado en la exportación de concentrados hacia uno que priorice procesamiento, innovación y sostenibilidad.















