La minera brasileña Vale adelantó este lunes que su producción de mineral de hierro podría situarse entre 335 y 345 millones de toneladas en 2026, lo que implicaría un crecimiento de hasta 3 % respecto a las proyecciones del año anterior. La estimación fue presentada durante el “Vale Day” ante inversionistas en Nueva York, donde la compañía expuso los avances de su recuperación operativa y su estrategia para fortalecer su posición entre los líderes mundiales del sector.
De acuerdo con la empresa, el rango previsto para 2026 guarda coherencia con el objetivo de cerrar 2025 con alrededor de 340 millones de toneladas. La mejora esperada responde tanto a un mejor desempeño operativo como a la entrada en funcionamiento de iniciativas destinadas a optimizar su logística y a reactivar unidades que habían sido afectadas en periodos previos.
Vale también reiteró que aspira a alcanzar una producción estable de 360 millones de toneladas anuales hacia 2030. Este plan incluye, además, un enfoque en elevar la calidad del mineral de hierro que coloca en el mercado, elemento que considera crucial para mantener competitividad en un contexto donde la siderurgia demanda insumos más eficientes y con menor impacto ambiental.
En el contexto de su recuperación, la compañía recordó que sigue gestionando las consecuencias del desastre de Brumadinho, ocurrido en 2019, que redujo su capacidad productiva y trajo consigo estrictas exigencias regulatorias. Durante los últimos años, la firma ha priorizado inversiones orientadas a reforzar la gestión de riesgos, mejorar la seguridad operacional y agilizar los procesos de licenciamiento ambiental necesarios para habilitar nuevas fases de producción.
Esta recuperación se evidencia también en sus recientes resultados operativos. Solo en el tercer trimestre de 2025, Vale produjo 94.4 millones de toneladas de mineral de hierro, su mayor nivel desde 2018. Este rendimiento estuvo impulsado principalmente por el dinamismo del sistema Norte, con énfasis en el complejo S11D de Carajás, considerado una de las operaciones de hierro más relevantes del mundo.
La compañía detalló además las metas de su división de metales básicos. Para 2026, Vale Base Metals estima producir entre 160,000 y 175,000 toneladas de níquel, mientras que la producción de cobre se proyecta entre 320,000 y 355,000 toneladas. Estas cifras forman parte de su estrategia para diversificar la matriz de ingresos y consolidarse en minerales estratégicos para la transición energética.
Otro eje destacado por Vale es la reducción de la huella de carbono en sus operaciones. Entre las iniciativas incluidas se encuentran la electrificación de equipos, medidas de eficiencia energética y alianzas con clientes del acero para reducir emisiones en la cadena de valor. Estas acciones responden a la creciente presión de inversionistas y mercados para que las grandes mineras eleven sus estándares ambientales y transparenten su desempeño climático.
Mirando hacia adelante, la empresa reconoce que su evolución dependerá tanto del avance interno de proyectos y permisos como del comportamiento del mercado global. La demanda china sigue siendo un factor determinante, pese a los indicios de desaceleración económica. A ello se suma la fuerte competencia con Rio Tinto y BHP, el desafío de mantener costos competitivos y la necesidad de consolidar mejoras logísticas y portuarias que fortalezcan su presencia internacional.
















