Mié. Nov 26th, 2025

Canadá activa revisión de seguridad nacional por la fusión Teck–Anglo American

El gobierno federal de Canadá solicitó formalmente que la fusión propuesta entre Teck Resources y Anglo American sea sometida a una revisión de seguridad nacional. Así lo confirmó el Ministerio de Industria este 26 de noviembre, precisando que el proceso se efectuará bajo los criterios del Investment Canada Act, normativa que permite evaluar inversiones extranjeras para determinar posibles riesgos a la seguridad o a los intereses estratégicos del país.

La decisión surge en un contexto de creciente preocupación por el control de recursos críticos y por la soberanía sobre sectores considerados estratégicos para la economía. Con minerales como el cobre catalogados como esenciales para la transición energética y el desarrollo tecnológico, la eventual unión entre Teck y Anglo American generaría una de las compañías mineras más influyentes a nivel global, con fuerte presencia en la extracción y procesamiento de cobre, zinc y hierro.

El acuerdo, anunciado en septiembre de 2025 como una “fusión entre iguales”, contempla una sede central en Canadá y un plan de inversión de 4.500 millones de dólares canadienses durante los próximos cinco años. Según Teck, la operación permitiría sostener e incluso incrementar los empleos en el país, impulsar la innovación tecnológica local y fortalecer los compromisos ambientales de la nueva entidad.

Sin embargo, estos argumentos no han disipado las dudas del gobierno canadiense. En un escenario internacional marcado por tensiones geopolíticas, Canadá ha endurecido su postura frente a operaciones que pudieran significar una disminución del control nacional sobre industrias estratégicas. La competencia global por asegurar suministro de minerales críticos —particularmente entre China y Estados Unidos— ha llevado a Ottawa a extremar cuidados antes de aprobar movimientos corporativos de gran escala.

El rol del cobre dentro de la economía verde añade un factor adicional de sensibilidad. Este mineral es clave para la electrificación, la infraestructura renovable y la fabricación de vehículos eléctricos, por lo que cualquier operación que concentre aún más la oferta global genera inquietudes sobre la estabilidad de las cadenas de suministro. Desde el gobierno se subraya que la revisión no busca desalentar la inversión, sino garantizar que los recursos se administren en consonancia con los intereses nacionales.

En el sector minero, la reacción ha sido prudente. Tanto Teck como Anglo han expresado su disposición a colaborar plenamente con las autoridades, confiando en que el proceso se desarrollará dentro de los plazos establecidos. Ambas compañías destacan que su propósito es consolidar una entidad con robustos estándares de gobernanza, un enfoque claro en sostenibilidad y un compromiso firme con el desarrollo económico en Canadá y en los países donde operan.

No obstante, el análisis oficial tiene implicancias que van más allá de este caso puntual. Una decisión restrictiva podría enviar señales contradictorias a los inversionistas en un momento en que Canadá busca atraer capital para acelerar su transición energética. En cambio, una aprobación sin condiciones podría interpretarse como una renuncia al control estratégico sobre sectores clave. El desafío del gobierno es encontrar un equilibrio entre apertura económica y protección de recursos críticos.

El proceso se complica aún más por el renovado interés de BHP en adquirir Anglo American, lo que introduce variables geoeconómicas adicionales. Una fusión entre Teck y Anglo no solo modificaría la estructura accionaria, sino también la distribución global del poder minero. Si Canadá se convierte en la sede de la nueva compañía, podría ganar relevancia internacional, aunque también asumir riesgos respecto de su autonomía en decisiones estratégicas.

Desde una perspectiva energética y minera, la integración de Teck y Anglo podría fortalecer la capacidad de exploración, mejorar la eficiencia de los procesos productivos y avanzar en tecnologías que promuevan una minería más responsable. Sin embargo, también plantea desafíos relacionados con la concentración de activos estratégicos y la complejidad regulatoria de las grandes corporaciones transnacionales, factores que requieren un rol estatal claro y orientado al largo plazo.

La resolución de la revisión será determinante. No solo influirá en el destino de la fusión entre Teck y Anglo American, sino que marcará el rumbo de la política canadiense respecto a inversiones extranjeras en sectores clave de minería y energía. En última instancia, lo que está en discusión es cómo Canadá definirá la gestión de sus recursos naturales en un escenario global cada vez más competitivo.

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