En la clausura de la reunión ministerial del G7 en Toronto, el gobierno canadiense anunció un paquete de inversiones por 6.4 mil millones de dólares canadienses destinado a impulsar proyectos mineros considerados estratégicos. La medida, liderada por el ministro de Energía y Recursos Naturales, Tim Hodgson, representa un movimiento significativo dentro de la política industrial de Canadá, que busca consolidarse como un abastecedor confiable de minerales críticos para las cadenas globales.
El anuncio se produjo al finalizar dos días de discusiones entre los ministros de energía y medio ambiente del bloque. Durante el encuentro, Canadá confirmó la firma de acuerdos de compraventa futura con Rio Tinto y Nouveau Monde Graphite, asegurando suministros anticipados de grafito y escandio. Estos minerales son vitales para sectores en rápida expansión, como la transición energética, la aviación avanzada y la manufactura de tecnologías con bajas emisiones.
Las inversiones previstas se integran en la Critical Minerals Production Alliance, una iniciativa que articula la cooperación entre gobiernos y empresas para movilizar recursos públicos y privados. El propósito es acelerar la producción, el procesamiento y la disponibilidad de minerales esenciales en un contexto donde las cadenas de valor globales enfrentan desafíos por la alta concentración de proveedores.
La dimensión geopolítica es un componente clave de la estrategia. Con excepción de Japón, los miembros del G7 mantienen una marcada dependencia de China para el acceso a materiales utilizados en imanes, baterías y otros insumos críticos. Dicha dependencia se ha convertido en un punto de vulnerabilidad económica y estratégica, y la respuesta canadiense apunta a fortalecer sus capacidades internas para reducir riesgos y ofrecer alternativas confiables a sus aliados.
Hodgson subrayó que Canadá aspira a asumir un rol de liderazgo en la estabilización de las cadenas de suministro globales. Para el gobierno, no basta con incrementar la extracción: es fundamental que las operaciones cumplan con estándares ambientales y sociales reconocidos internacionalmente. La combinación de experiencia regulatoria, potencial geológico y capacidades tecnológicas coloca al país en una posición privilegiada dentro de la transición energética.
La elección de Rio Tinto y Nouveau Monde Graphite confirma el interés de Ottawa en equilibrar escala industrial y sostenibilidad. Mientras Rio Tinto aporta infraestructura, capital y presencia internacional, Nouveau Monde destaca por su enfoque en prácticas mineras responsables y su compromiso con la innovación. La participación de ambas empresas agrega legitimidad al esfuerzo canadiense ante inversionistas y socios estratégicos.
Aunque Canadá ya ocupa un lugar destacado en la producción de níquel, cobre y cobalto, la incorporación de nuevos minerales críticos evidencia una visión más amplia sobre los cambios estructurales en la economía global. A medida que el mundo avanza hacia modelos energéticos menos dependientes de los combustibles fósiles, la demanda por metales especializados crecerá, requiriendo inversiones estables y cooperación entre países.
Finalmente, la estrategia canadiense ilumina un dilema compartido por muchas naciones industrializadas: avanzar hacia una economía verde sin descuidar el suministro de materias primas. Ottawa opta por una postura pragmática basada en alianzas público-privadas, simplificación regulatoria y desarrollo regional. De este modo, la minería deja de ser vista como un sector tradicional para convertirse en un pilar central del futuro económico y estratégico del país.















