La indefinición en la estrategia de reestructuración de Petroperú y los retrasos en su proceso de transformación interna han comenzado a generar consecuencias visibles. La empresa estatal está perdiendo terreno en uno de sus segmentos más competitivos y estables: la venta de combustibles al sector minero. La falta de decisiones oportunas y la ausencia de un rumbo claro están debilitando su presencia en un mercado donde la calidad del producto y la confiabilidad del proveedor son factores decisivos.
Pedro Gamio, exdirector de Petroperú y exviceministro de Energía, advirtió que la empresa atraviesa una situación crítica, comparable a estar en “cuidados intensivos”. Señaló que la demora en contratar una consultora internacional para llevar adelante una reestructuración integral está afectando directamente su capacidad comercial. Incluso mencionó casos en los que la compañía habría perdido clientes históricos debido a fallas en la mezcla adecuada de diésel importado para cumplir con los estándares exigidos por la gran minería.
Erick García, especialista en hidrocarburos, confirmó a Perú21 que en el mercado ya se comenta ampliamente la pérdida de clientes mineros por deficiencias técnicas y de gestión en Petroperú. Explicó que los compradores del sector demandan combustibles de muy bajo contenido de azufre —entre 15 y 20 ppm—, mientras que la refinería de Talara solo puede producir hasta 50 ppm. Aunque la empresa podría reducir ese nivel mediante mezclas con combustibles importados, no ha implementado la medida, lo que evidencia una falta de visión comercial.
Consultada por Perú21, Petroperú negó haber participado en licitaciones de grandes empresas mineras recientemente. Sin embargo, tanto Gamio como García coinciden en que la incertidumbre sobre el futuro de la estatal y la falta de una asesoría especializada para su reestructuración están erosionando su competitividad. Ambos resaltan la urgencia de contar con un equipo técnico de alto nivel y de reorganizar las líneas de negocio para optimizar recursos, además de revisar normas regulatorias que hoy limitan la capacidad de la empresa para generar ingresos adicionales mediante el alquiler de infraestructura.
A esta situación se suma un deterioro financiero que ya se refleja en sus estados de resultados. Hasta septiembre de 2025, las ventas de Petroperú cayeron 1.9% en comparación con el mismo periodo del año anterior, y no alcanzan para cubrir sus costos operativos. Las pérdidas acumuladas en lo que va del año ascienden a US$355 millones, lo que refuerza la urgencia de tomar medidas inmediatas para evitar un deterioro aún mayor.















