En un escenario marcado por la escasez de agua y las crecientes exigencias globales hacia una minería más responsable, la empresa canadiense Summit Nanotech ha dado a conocer una innovación tecnológica que podría transformar la manera en que se extrae litio en Sudamérica. Su proceso patentado de extracción directa de litio (DLE, por sus siglas en inglés) promete reducir en un 30 % el uso de agua fresca frente a los métodos tradicionales basados en la evaporación de salmueras.
Con operaciones piloto en Chile y planes de expansión hacia Argentina y Estados Unidos, la compañía ha desarrollado un sistema que opera bajo un circuito cerrado y una secuencia de flujo optimizada, lo que minimiza el consumo de recursos hídricos. Su plataforma tecnológica, denominada Denise, permite una recuperación más eficiente del litio y disminuye la presión sobre acuíferos y ecosistemas, particularmente en zonas áridas.
La innovación adquiere especial relevancia considerando que los mayores depósitos de litio del mundo se encuentran en el Triángulo del Litio —Argentina, Bolivia y Chile—, una región donde el agua es escasa y los conflictos sociales por su uso han aumentado. En el Salar de Atacama, por ejemplo, se han registrado hundimientos de hasta dos centímetros anuales, resultado del desequilibrio entre la extracción intensiva de salmueras y la lenta recarga natural de los acuíferos.
El impacto de estas tecnologías se mide en más de un sentido. Por un lado, representan una vía más sustentable para la obtención de un mineral clave en la transición energética global. Por otro, ayudan a mejorar la percepción pública de la minería, especialmente en territorios donde las comunidades locales han manifestado su preocupación por el uso del agua y los efectos ambientales de la industria.
Desde el punto de vista técnico, Summit Nanotech asegura haber alcanzado una eficiencia operativa superior al 90 % en la recuperación del mineral, con un consumo de agua menor al de otras tecnologías DLE actualmente en el mercado. Este balance entre rendimiento y sostenibilidad coloca a la compañía en una posición competitiva frente a otros actores del sector.
La directora ejecutiva de la empresa, Amanda Hall, destacó que el objetivo es “crear un cambio sistémico en la cadena de suministro del litio, reduciendo los impactos ambientales y sociales sin sacrificar la calidad ni la velocidad de producción”. La propuesta busca demostrar que la viabilidad económica y la responsabilidad ambiental pueden coexistir en la minería moderna.
El desarrollo de esta tecnología responde al desafío de fondo de la industria: la extracción de litio ha crecido aceleradamente por la demanda de baterías eléctricas, pero la innovación ambiental no siempre ha acompañado ese ritmo. Los métodos de evaporación tradicionales consumen enormes volúmenes de agua y alteran el equilibrio natural de los salares, generando tensiones sociales y ecológicas.
En respuesta, la solución de Summit Nanotech plantea una alternativa concreta. Al procesar las salmueras directamente en sistemas cerrados y con menor uso de reactivos químicos, se disminuye la generación de residuos y la huella ambiental total del proceso. Esto podría traducirse en un cumplimiento regulatorio más sencillo, menos conflictos con comunidades y un acceso más favorable a financiamiento sustentable.
La empresa ya ha establecido alianzas en Chile y prevé comenzar operaciones en la cuenca de Smackover, Arkansas, una región estadounidense que enfrenta retos similares en torno al agua y la extracción sostenible. En América Latina, el éxito de esta tecnología dependerá de su capacidad para adaptarse a las condiciones geológicas y sociales de cada territorio.
En México, donde la extracción de litio aún está en fase inicial, la experiencia sudamericana ofrece lecciones valiosas. La creación de LitioMX, empresa estatal que administrará este recurso estratégico, ha generado debate técnico y legal. Para construir una cadena de valor nacional sólida, será fundamental adoptar tecnologías de bajo impacto ambiental desde el principio, especialmente en zonas áridas como Sonora, donde el agua es un recurso crítico.
Más allá de su innovación tecnológica, el caso de Summit Nanotech plantea una reflexión de fondo: la legitimidad social de la minería del litio dependerá de su capacidad para romper con los modelos extractivos tradicionales. Si el litio aspira a ser el motor del desarrollo sustentable, su obtención debe estar a la altura de esa promesa.
El desafío, por tanto, no solo reside en desarrollar nuevas tecnologías, sino en implementarlas de manera efectiva bajo marcos regulatorios que premien la innovación y castiguen la ineficiencia ambiental. América Latina —y México en particular— tienen la oportunidad de aprender de estos avances para insertarse con responsabilidad en la economía global del litio.
La transición energética requiere rapidez, pero también visión y sensibilidad ambiental. Summit Nanotech demuestra que ambas pueden coexistir y que el futuro de la minería puede ser, al mismo tiempo, rentable y sostenible.















