Codelco ha confirmado una inversión cercana a 50 millones de dólares en I‑Pulse Inc., una empresa vinculada al magnate Robert Friedland que desarrolla soluciones tecnológicas basadas en pulsos eléctricos para fragmentar roca. Con esta movida, la estatal chilena busca modernizar sus yacimientos envejecidos y mantenerse competitiva en un mercado global cada vez más exigente.
La tecnología central de I‑Pulse, conocida como I‑ROX, emplea ráfagas de electricidad para fracturar roca, reemplazando los procesos tradicionales de trituración y molienda. Esta innovación promete una importante reducción en el consumo energético, menores emisiones contaminantes y una mayor recuperación de minerales, incluso en vetas de baja ley, lo que representa un cambio significativo frente a los métodos convencionales.
En un contexto donde la calidad del mineral disminuye progresivamente, las mineras enfrentan el desafío de extraer y procesar mayores volúmenes para mantener sus niveles de producción. Codelco, con faenas históricas que ya acusan ese desgaste, ve en esta tecnología una vía para contener los costos operativos y responder al encarecimiento de nuevas concesiones y proyectos de expansión.
La inversión actual se inscribe en una hoja de ruta iniciada en mayo, cuando ambas partes firmaron una carta de intención para explorar colaboraciones tecnológicas. En ese acuerdo inicial, se planteó la incorporación gradual del pulsed power a las operaciones de la minera chilena. La formalización de esta inversión permite avanzar con mayor claridad hacia una adopción efectiva.
Aunque no es habitual que Codelco destine capital a emprendimientos tecnológicos externos, el directorio consideró estratégica esta apuesta. Se trata de una forma de compartir riesgos y distribuir los crecientes costos que impone la minería moderna, en un momento donde las empresas deben decidir entre mantener estructuras tradicionales o apostar por innovaciones disruptivas.
Durante los últimos 18 meses, equipos técnicos de Codelco y del entorno de Friedland han sostenido reuniones en Europa, Arabia Saudita y Japón para dar forma a esta alianza. Las implicancias van más allá de la minería: la tecnología también podría aplicarse en perforación, construcción de túneles, exploración geotérmica y otros ámbitos de infraestructura subterránea.
Robert Friedland ha sido claro en su diagnóstico: mejorar la eficiencia ya no es una opción, sino una necesidad urgente si el cobre quiere seguir siendo viable como insumo clave para la transición energética y la infraestructura digital. En ese sentido, la apuesta de Codelco por I‑Pulse representa no solo un movimiento estratégico para revitalizar sus operaciones, sino también una declaración de principios sobre el rol que debe jugar la innovación en el futuro del cobre chileno.