En septiembre, el oro se consolidó como el principal activo refugio en los mercados globales, al registrar un alza mensual de 11,9 %, la más significativa en más de diez años. El metal precioso alcanzó un récord histórico de US$3.870 por onza, acumulando un avance de 17 % desde comienzos de agosto.
El repunte comenzó tras la decisión de la Reserva Federal (Fed) de reducir su tasa de interés en 25 puntos básicos, lo que debilitó al dólar y disminuyó los rendimientos de los bonos del Tesoro. A este contexto se sumaron el riesgo de cierre fiscal (shutdown) en Estados Unidos y el anuncio de nuevos aranceles de hasta 100 % por parte de Donald Trump, factores que intensificaron la demanda por oro como refugio seguro.
Mientras tanto, los principales índices bursátiles mostraron un desempeño más moderado: el S&P 500 subió apenas 0,3 % y el Nasdaq 100 avanzó 0,4 %. Por su parte, el rendimiento del bono del Tesoro a 10 años cayó hasta 4,14 %, reflejando una menor confianza en los activos tradicionales.
Desde la Casa Blanca se confirmaron nuevas medidas arancelarias, como un 25 % sobre gabinetes de cocina y muebles tapizados, junto a incrementos en productos de madera y películas importadas. Estas políticas proteccionistas elevan las presiones inflacionarias y aumentan la incertidumbre en el comercio internacional, lo que históricamente favorece al oro como valor refugio.
De cara a octubre, los analistas prevén un escenario mixto para el metal. Aunque la política monetaria de la Fed, la debilidad del dólar y las tensiones fiscales en EE.UU. seguirán respaldando al oro, el fuerte repunte reciente podría abrir la puerta a correcciones técnicas. “Mientras persista la incertidumbre política y económica, el oro seguirá siendo la principal alternativa de protección frente a la volatilidad”, afirmó Felipe Mendoza, analista de ATFX LATAM. En la misma línea, Jorge Manco Zaconetti, economista de la UNMSM, destacó que el oro podría incluso alcanzar los US$4.000 antes de fin de año, impulsado por la tensión geopolítica entre China y EE.UU. y la pérdida de confianza en el dólar.