La minería chilena, columna vertebral de la economía nacional y actor clave en el suministro global de cobre, atraviesa un momento complejo. En agosto de 2025, la producción del metal rojo cayó un 9,9% en comparación con el mismo mes del año anterior, marcando el mayor retroceso interanual en más de dos años, según datos del Instituto Nacional de Estadísticas (INE).
La producción mensual se situó en 423.643 toneladas métricas, muy por debajo de las 470.696 toneladas registradas en agosto de 2024. Esta baja no es solo un dato estadístico; está directamente vinculada a un hecho trágico ocurrido semanas antes: el accidente en la mina El Teniente, operada por la estatal Codelco, que dejó seis trabajadores fallecidos y obligó a detener las operaciones.
El incidente del 31 de julio impactó de forma inmediata la capacidad productiva de una de las minas más importantes del país. Codelco informó una pérdida estimada de 33.000 toneladas de cobre y se vio obligada a reducir su proyección de producción para lo que resta de 2025. Dado que la empresa representa cerca del 28% de la producción nacional, el efecto fue inmediato y contundente.
No es la primera vez que Chile reporta una caída significativa en su producción de cobre. En mayo de 2023, la baja fue del 14%, aunque en aquella ocasión obedecía a factores operativos y condiciones climáticas adversas, no a un evento tan grave y puntual como el ocurrido en El Teniente. Esta diferencia vuelve a poner sobre la mesa los riesgos inherentes a la minería subterránea.
El accidente ha reactivado el debate sobre los estándares de seguridad en faenas mineras, en un país donde la minería no solo genera exportaciones, sino también confianza internacional como proveedor confiable. Sindicatos y autoridades han coincidido en la necesidad de revisar protocolos y reforzar fiscalizaciones, sin frenar el avance del sector.
A pesar del golpe, la economía chilena muestra señales de fortaleza en otras áreas. En paralelo, el INE informó que la producción manufacturera creció un 1,8% interanual en agosto, apenas por debajo del 1,9% previsto por analistas. Esto refleja que, si bien la minería es un sector crucial, no es el único motor de actividad en el país.
Por su parte, Codelco continúa adelante con sus planes de inversión y modernización, reiterando su compromiso con una minería más segura y sustentable. La empresa mantiene en marcha importantes proyectos en El Teniente, enfocados en la automatización y el uso de tecnologías que reduzcan los riesgos en operaciones subterráneas.
El contexto internacional también sigue jugando a favor del cobre chileno, con una demanda sólida impulsada por la transición energética, la electrificación del transporte y el desarrollo de energías renovables. En ese marco, cada tonelada que deja de producirse en Chile no solo afecta al mercado, sino que subraya el peso estratégico del país en la economía global del futuro.