A pesar de encontrarse en medio de una controversia legal y ambiental, el proyecto minero Ariana sigue adelante. Esta semana, Ariana Operaciones Mineras (AOM), filial de Southern Peaks Mining —que aún posee la titularidad del proyecto mientras se concreta su venta a Alpayana— presentó un nuevo paquete de modificaciones técnicas destinadas a optimizar las operaciones. Esto sucede mientras el Poder Judicial ya se ha pronunciado sobre la viabilidad del proyecto y las autoridades ambientales continúan evaluando su futuro.
En concreto, la empresa entregó al Servicio Nacional de Certificación Ambiental para las Inversiones Sostenibles (Senace) el Tercer Informe Técnico Sustentatorio (ITS) del Estudio de Impacto Ambiental (EIA) de Ariana. Este documento propone modificaciones en los componentes principales y auxiliares de la unidad minera, ubicada en el distrito de Marcapomacocha, en la región Junín.
El ITS detalla que el EIA aprobado en 2016 contempló actividades mineras subterráneas para extraer cobre y zinc, con una planta de beneficio que procesa hasta 2,000 toneladas métricas secas por día mediante flotación diferencial en dos circuitos, uno para cada metal. En 2018, AOM inició la habilitación de estas operaciones, cumpliendo la normativa vigente, pero identificó la necesidad de ajustes en los componentes auxiliares, que se abordaron con el primer ITS aprobado en 2019 y un segundo en 2020.
Con el avance en la ingeniería de detalle, AOM detectó nuevas áreas que requieren ajustes adicionales, los cuales busca incorporar con este tercer ITS. Las modificaciones propuestas incluyen un cambio en el proceso metalúrgico, sin aumentar la capacidad instalada, pero con el objetivo de mejorar las características del relave final y su disposición ambientalmente segura.
Entre las principales medidas está la implementación de una planta de relave filtrado para una gestión más responsable de los residuos, la redistribución interna de la planta para optimizar la eficiencia, la instalación de un lavadero de llantas como mitigación ambiental, la actualización tecnológica del depósito de relaves y mejoras en el canal de derivación y otros componentes auxiliares. La inversión estimada para estas mejoras alcanza los US$ 76 millones.
Cabe destacar que, en abril, el Poder Judicial decidió no anular el proyecto pese a los recursos de colectivos ambientalistas, pero exigió la presentación de un nuevo EIA antes de iniciar actividades de explotación. Así, aunque el proyecto sigue vigente, su desarrollo depende de una evaluación ambiental más rigurosa.
Por otro lado, a fines de abril Alpayana firmó un acuerdo vinculante para adquirir el 100% de Ariana a Southern Peaks Mining. Con una inversión prevista de US$ 200 millones, Alpayana espera concluir la compra en el segundo trimestre de 2025 y planea construir nueva infraestructura y rehabilitar túneles para asegurar más agua limpia para Lima. La compañía, con más de 38 años de experiencia en minería peruana, reporta ingresos anuales superiores a US$ 500 millones y se encuentra libre de deudas.