Goldman Sachs Group Inc. está redoblando su perspectiva alcista del cobre para proyectar que los precios alcanzarán los US$ 15,000 por tonelada para el 2025 a medida que la transición global hacia la energía verde impulsa la demanda.
El cobre se ha mantenido en alrededor de US$ 9,000 en las últimas semanas, pero se necesitarán precios mucho más altos para reponer los suministros a medida que aumenta su uso en vehículos eléctricos y proyectos de energía renovable, dijeron los analistas de Goldman Nicholas Snowdon, Daniel Sharp y Jeffrey Currie en un informe titulado “El cobre es el nuevo petróleo”.
Goldman se une al operador de metales Trafigura Group en apostar que el cobre alcanzará máximos históricos superiores a US$ 10,100 por tonelada y que avanzará considerablemente desde allí. En el centro de ambas proyecciones hay una advertencia de que el mercado se quedará muy corto de cobre en los próximos años a menos que los precios se eleven bruscamente para estimular el suministro.
“El cobre es tan fundamental en la transición verde –un esfuerzo global apuntalado por el apoyo de los Gobiernos–, que los requerimientos de suministro necesitan un aumento en los precios del cobre”, escribieron analistas de Goldman en el informe del 13 de abril.
El cobre ha enfrentado obstáculos en las últimas semanas, luego de que una desaceleración estacional en China provocara un alza de los inventarios mundiales y que un repunte del dólar ejerciera presión sobre los consumidores que utilizan otras monedas.
Los precios del cobre en la Bolsa de Metales de Londres se han mantenido en un rango negociación relativamente estrecho desde que comenzaron a retroceder de máximos de nueve años superiores a US$ 9,600 a mediados de febrero.
Si el cobre continúa manteniéndose en niveles de alrededor de US$ 9,000 por tonelada, los inventarios mundiales se habrán agotado para principios del 2023, señaló Goldman.
Para evitar dicho escenario, el banco prevé que los precios alcanzarán los US$ 11,000 por tonelada en 12 meses, antes de subir a un promedio de US$ 15,000 en el 2025.
Repunte se detiene
El cobre se disparó en los primeros dos meses del 2021 ante las expectativas de que alcanzaría niveles récord, y casi lo hizo a fines de febrero. Entonces, ¿por qué no ha seguido avanzando desde entonces?
Los siguientes cuatro gráficos muestran cómo los indicadores físicos y financieros podrían estar volviéndose en contra del metal y amenazando con hacer caer los precios, incluso mientras los analistas dicen que el panorama a largo plazo sigue siendo fuerte. Los vientos en contra para el metal de referencia industrial evidencian la debilidad de la recuperación mundial de la pandemia.
Advertencias desde bodegas
Las existencias en las bodegas que siguen las bolsas en Londres y Shanghái han aumentado en las últimas semanas, lo que ayuda a aliviar las preocupaciones sobre la escasez de suministros. Los inventarios que monitorea la Bolsa de Metales de Londres se han expandido más del doble desde fines de febrero. Las existencias en la Bolsa de Futuros de Shanghái aumentaron durante nueve semanas consecutivas hasta principios de abril, en la racha más larga desde el 2014.
Menor prima
También están surgiendo señales de debilitamiento en el apetito de China por el cobre extranjero. La prima del cobre Yangshan, un indicador de la demanda de importaciones de China, ha disminuido en más de 40% desde el máximo de este año.
La caída podría ser un precursor de una meseta más amplia en la demanda a medida que las economías emergen de la pandemia, según Ed Meir de ED&F Man Capital Markets.
Reducción del crecimiento crediticio
Uno de los grandes factores desfavorables para el cobre en las últimas semanas han sido las preocupaciones por una potencial reducción en el crecimiento del crédito en China, como parte de los esfuerzos de Pekín para evitar burbujas de activos. Eso también podría conducir a un debilitamiento en áreas de consumo claves, moderando el optimismo sobre las perspectivas después de que los inversionistas apostaron a que la reapertura de las economías y el masivo estímulo a nivel mundial alimentarían la demanda del metal.
“A medida que China reorganiza su economía en una senda liderada por los consumidores, es poco probable que el país continúe demandando la misma cantidad de productos básicos”, dijeron en una nota analistas de JPMorgan Chase & Co. incluida Natasha Kaneva.
Suministro de minas
Otra gran preocupación para el mercado del cobre es que el resurgimiento de los casos de coronavirus implique más cierres, lo que reducirá la demanda del referente económico. Aunque estas restricciones también podrían significar una disminución de la oferta a medida que las mineras luchan por mantener la producción, hasta ahora hay pocas señales de una desaceleración significativa de la producción.
Codelco, el mayor productor de cobre del mundo, logró aumentar la producción durante el primer trimestre a pesar de un incremento en los contagios en Chile, señaló en entrevista el presidente de la cuprífera, Juan Benavides. El subsecretario de Minería chileno, Edgar Blanco, dijo que la nación espera poder superar tanto la pandemia como una serie de negociaciones salariales para aumentar la producción este año.
Aun así, hay señales de que los suministros podrían estar comenzando a estar bajo presión. En los últimos meses, la producción chilena ha sido inferior a los niveles del año anterior, y los analistas dicen que el gasto en infraestructura y proyectos de energía verde acabarán por aumentar la demanda. Citigroup Inc., por su parte, prevé que el cobre alcanzará un récord de US$ 10,500 la tonelada en tres a seis meses.
Bloomberg