Para empezar, señaló que el Estado debe ser plenamente consciente de los beneficios de esta actividad, que ofrece el 60% de las divisas al país, sin contar el beneficio que genera a los sectores económicos como industria, comercio, construcción y transporte, y los millones de puestos de trabajo formal que genera. “Esto, sin considerar los tributo”, refirió.
Dicho esto, Yataco cree que se debe recomponer lo que llama el triángulo del éxito en la minería, por un lado la comunidad donde está el yacimiento, el Estado y la empresa. Cuando estos tres elementos se ponen de acuerdo, tenemos éxito asegurado, indicó, como hemos tenido en Antamina, en Southern, y en la gran mayoría de proyectos.
Un punto clave que puntualizó el exministro de Energía y Minas en esa línea es recuperar el principio de autoridad, “como una cuestión sociopolítica que el Estado debe encabezar y cumplir con su rol tuitivo, buscando la paz social, combinando diálogo, con apoyo en materia de desarrollo social”.
Asimismo, habló de tener un planeamiento que permita visualizar el desarrollo de la cartera de los proyectos mineros. Para Yataco, hay dos proyectos significativos: Quellaveco y Marcobre. Y hay otros simbólicos como Corani, que no tienen tanto peso.
“A medida que estos dos yacimientos avancen, el horizonte de corto plazo no se vislumbra porque no hay un panorama en donde el Estado propicie la inversión minera con paz política y social y procedimientos que sean alentadores, respetando el medio ambiente, y sin dilatar los procesos, con aprobaciones de estudios de impacto ambiental”, argumentó.
También se refirió a la consulta previa como repetitiva y carente de sentido, porque las empresas antes de mover un dedo deben llegar a un arreglo con la comunidad, entonces, a su manera de ver, es redundante y genera demoras e incertidumbre.
Finalmente, precisó que no se deben tener ministros improvisados, sino gente honesta y manejarse gerencialmente con un sistema de control adecuado, previendo asuntos de corrupción dentro de la función pública.