Antofagasta (LON: ANTO) obtuvo el año pasado los mayores beneficios de su historia gracias a la subida de los precios del cobre y el molibdeno, lo que le permitió pagar el mayor dividendo en los 134 años de historia de la minera chilena.

La empresa, que tiene todas sus operaciones en el país de origen, dijo que las ganancias antes de intereses, impuestos, depreciación y amortización (EBITDA, por sus siglas en inglés), aumentaron alrededor de un 80% a 4.800 millones de dólares en el año hasta diciembre, sobre unos ingresos de 7,400 millones de dólares, un 46% más.

Los resultados permitirán a Antofagasta, propiedad mayoritaria de la familia chilena Luksic, una de las más ricas del país, pagar un dividendo final de 118,9 céntimos por acción. La cifra eleva el retorno anual total a los accionistas a 142,5 centavos por acción, o 1,400 millones de dólares.

El gran desembolso se produce en un momento en el que una asamblea especial en Chile ha comenzado a debatir las mociones para una nueva Constitución que sustituya a la centrada en el mercado que se remonta a la dictadura del general Augusto Pinochet.

Los políticos de la primera nación productora de cobre del mundo también están afinando un nuevo proyecto de ley de royalties mineros, que aumentará las tarifas de las empresas en función de las ventas brutas y la rentabilidad.

Antofagasta, que se ha manifestado sobre los efectos negativos que el aumento de los royalties podría tener en la economía chilena, parecía más positiva sobre el posible resultado.

La empresa dijo que el Senado ya había publicado un plan que era “menos oneroso que la propuesta original hecha por la cámara baja”. También señaló que todavía se requieren “varios pasos legislativos más” antes de que se pueda aprobar un proyecto de ley definitivo.

Golpe a Minnesota

Antofagasta dijo que su gasto de capital subió un 36% a 1,770 millones de dólares en 2021 debido a la expansión de sus minas insignia Los Pelambres y Centinela y a la inflación.

Este año, espera que el capex aumente entre 1,700 y 1,900 millones de dólares por los costes de expansión y la escasez de agua, lo que ya le ha obligado a recortar las previsiones de producción.

También ha registrado un deterioro de 178 millones de dólares después de que su proyecto de mina de cobre y níquel Twin Metals en Minnesota se viera bloqueado por la decisión del Departamento del Interior de EE.UU. en enero de cancelar dos contratos de arrendamiento de minerales por motivos de conservación nacional.

La empresa dijo el mes pasado que la producción de este año estará por debajo de los niveles de 2021, ya que las operaciones siguen viéndose afectadas por la sequía más prolongada del país en décadas.

La minera con sede en Santiago, que ya vio caer la producción de cobre de 2021 en un 1,7% a 721.500 toneladas, prevé producir entre 660.000 y 690.000 toneladas del metal este año.

Los precios del metal rojo, que se utiliza en todo tipo de aplicaciones, desde la construcción hasta los vehículos eléctricos y las turbinas eólicas, se han duplicado con creces desde los mínimos pandémicos de principios de 2020, subiendo un 26% solo en 2021.

Ahora cotiza cerca de los 10,000 dólares la tonelada.